El atentado contra integrantes del equipo de campaña de Guillermo Valencia, candidato del PRI a la alcaldía de Morelia; la detención arbitraria de candidatos opositores en Veracruz, y mítines en los que se insulta y violenta a las autoridades electorales, constituyen un signo evidente del clima de intolerancia y la tendencia inequívoca al uso de la violencia como medio para amedrentar a opositores.
Es lamentable que en muchos frentes electorales la agresión esté desbordando los límites de la civilidad y la intolerancia esté siendo la pauta de una contienda que tendría que estar encaminada hacia el debate de las ideas y al análisis razonado de las opciones.
Desafortunadamente, el presidente de la República ha sido el mayor promotor de este clima con declaraciones insidiosas que lejos de promover la civilidad, polarizan y generan crispación política.
En el espíritu de nuestro sistema republicano, cívico y democrático, la responsabilidad del Jefe de Estado es asumir una postura verdaderamente neutral, contribuir a que las contiendas electorales se desarrollen en un clima de respeto y ajeno a cualquier posibilidad de violencia.
Al renunciar a esta responsabilidad, el primer mandatario también renuncia a ser presidente de todos los mexicanos a cambio de seguir siendo un líder faccioso.
Víctimas de derrumbe en el Metro, sin atención
Los testimonios de familiares de fallecidos y heridos en el derrumbe del Metro no dejan lugar a dudas: no han sido atendidos por las autoridades del Metro ni las capitalinas y han sido abandonados a su suerte en hospitales y funerarias.
Por ello, las y los integrantes del denominado Grupo Anticorrupción del grupo parlamentario del PAN en la Cámara de Diputados que coordina Juan Carlos Romero Hicks han exigido que las autoridades no revictimicen a los afectados y garanticen su salud y la plena observancia de sus derechos humanos.
Los casos de omisión y negligencia que hemos observado en hospitales públicos con la atención a niños enfermos de cáncer y enfermos de Covid-19, así como la escasez de medicamentos se repite con las víctimas de la negligencia en el Metro capitalino, en lo que constituye un comportamiento permanente y sistemático por parte de quienes dicen escuchar al pueblo y atenderlo: despreciar a los enfermos y nunca reconocer errores y mucho menos responsabilidades.
¡Adiós René Hernández Cueto!
Con gran tristeza me enteré el pasado miércoles del fallecimiento del comunicador y amigo René Hernández Cueto, a quien conocí en la LVIII Legislatura del Senado, él siendo jefe de prensa y con quien cultivé una amistad desde entonces.
Hombre honesto, franco y sensible, deja un legado de profesionalismo, compromiso y seriedad.
Descansa en paz René.
@jlcamachov