Los que están preocupados por lo que ocurre en la Terminal 2 del Aeropuerto de la Ciudad de México, que está notoriamente afectada, pues necesita urgente remozamiento y que al presidente Andrés Manuel López Obrador le ha servido esta semana como tema de su mañanera, más bien deberían preocuparse porque pareciera que el huésped de Palacio Nacional no está muy bien enterado de todos los problemas que hay en esa terminal.
Bien harían en pasarle los varios tomos del estudio que, durante un año, elaboraron los ingenieros de la UNAM sobre la situación de las dos terminales.
Es posible que el exdirector del aeropuerto, Carlos Morán Moguel no los haya entregado a sus jefes y ni siquiera leído, pues con tal de quedar bien con el Ejército estaba solicitándoles un estudio rápido para tener su opinión, pero el general Gustavo Vallejo no le hizo caso.
Bueno, pues dicen los conocedores que justo la UNAM sostiene que está más grave el riesgo de la Terminal 1, porque podría colapsar gracias al Cerro del Peñón, que está empujando, al menos una parte, hacia la pista 5 izquierda.