1. Ya nada es fácil. Aquél “fin de la historia” que se postulara tras la caída del socialismo real hace casi tres décadas ha dado paso a lo impredecible que es la historia, pues al triunfo de la liberal democracia no le ha seguido la estabilidad y el desarrollo prometidos. Por el contrario, las contradicciones de un mundo que va a distintas velocidades y en el que aún imperan ideologías contrastantes han invocado fantasmas que se creían superados en el debate entre el Estado, el mercado y la sociedad. 2. En Estados Unidos con Trump volvió el proteccionismo que tanto daño hizo en otros tiempos, si bien cruje ante la imposibilidad de permanecer aislado. Por lo pronto, en Washington suenan fuerte las voces que claman por el “Impeachment” –la destitución del Presidente-- tras la comparecencia del cesado director del FBI, James Comey, quien llamara “mentiroso” a Trump y le recriminara haberlo despedido al no aceptar “disipar la nube” de los contactos de su equipo con el acérrimo enemigo en la guerra fría, los rusos. Las últimas mediciones de aceptación de Trump le ubican en 36%, lo que indica que sus votantes están virando y el escenario podría irse complicando conforme se acerquen las elecciones legislativas del próximo año. En estos días, el procurador general, Jeff Sessions, podría renunciar, dada la pérdida de confianza que se percibe en el primer círculo del presidente. 3. Mientras tanto, en Inglaterra, el Partido Conservador perdió la mayoría absoluta en la Cámara de los Comunes. La premier Theresa May llamó a elecciones anticipadas para incrementar el número de escaños y enfrentar el proceso de salida de la Unión Europea (el Brexit) con un Parlamento dócil; sin embargo, los electores redujeron de 330 a 318 asientos su bancada, además de quitarle al Partido Nacionalista escocés la mitad de sus votos, de 46 a 26 y darle al Partido Laborista, lidereado por James Corbyn, 261 asientos, 25 más de los que tenía. Theresa May debió formar gobierno con los Unionistas de Irlanda del Norte, cuyos 10 escaños le recobraron la mitad más uno en Westminster. 4. En contraste, en Francia, el presidente ciudadano, Emmanuel Macron, obtuvo un triunfo rotundo para su coalición política, que incluye corrientes, partidos y ciudadanos, con 32% de la votación legislativa y 426 posibles diputados leales, que irán a segunda vuelta con perspectiva victoriosa el 18 de junio. Macron está en el bando del Estado de bienestar, opuesto al proteccionismo salvaje pero tampoco del todo dispuesto a la aventura global. El malestar de los indignados, que castiga a la clase política y los partidos, podría estar significando un alto costo cuando de atender al futuro se trata. El futuro de un país o una región no puede depender de tales vaivenes. 5. En ese contexto, la canciller de Alemania, Angela Merkel, enfrentará elecciones generales el 24 de septiembre. Nada en Alemania hace pensar que la Unión Europea esté en juego, si bien lo estará el tipo de liderazgo, férreo y conciso, de la Canciller. Siendo quizá la líder occidental más experimentada que queda, Merkel visitó nuestro país al concluir el Año Dual México-Alemania, en una demostración de músculo político para evidenciar que otro liderazgo es posible. Su mensaje en México, que también enfrenta a la hostilidad de Trump, es que el mundo sigue abierto, hay otros socios potenciales y es posible alinear a los países en una vanguardia mundial para que el proteccionismo populista resulte aislado en su marcha atrás en temas como el calentamiento global, la seguridad internacional, el terrorismo y lavado de dinero, la migración y el comercio. No faltarán quienes recuerden el Telegrama Zimmerman, pero podríamos no estar solos en la renegociación del TLCAN.
Complejidad geopolítica
