Percepción de los mercados

25 de Abril de 2024

Luis M Cruz
Luis M Cruz

Percepción de los mercados

1.

Las propuestas del Plan AMLO parecen no entusiasmar demasiado a los mercados. Hay voces como la de Moody’s advirtiendo la reducción de márgenes de confianza y el incremento de riesgos en los planes por venir. Si se cancelara el Nuevo Aeropuerto Internacional de la CDMX los inversionistas temerían por la prevalencia del Estado de derecho al no respetarse proyectos y contratos. Asumir la pérdida de 120 mil millones de pesos no es cosa simple.

Con la construcción de una refinería en Dos Bocas, Tabasco, a un costo inicial de 75 mil millones de pesos (son apenas cuatro mil de los 10 mil millones de dólares que habrá de costar), la viabilidad de Pemex se vería comprometida, dice la agencia calificadora, al incrementarse la deuda y no ser claro si el proyecto resultará rentable. Otros 75 mil millones se ocuparían para iniciar la perforación de pozos en diciembre para aumentar la extracción, así, sin más, buscando adicionar la producción en un millón de barriles diarios.

2.

El proyecto del Tren Maya habrá de requerir otros 150 mil millones de pesos aún cuando los trenes suelen duplicar el costo, pero los mercados sencillamente no creen en él, no hay pasaje o carga suficiente en el sureste para financiar y sostener un proyecto de tal envergadura. El Tren Transístmico, mucho más viable, requeriría la inversión de 10 a 16 mil millones de dólares para competirle a Panamá mediante la integración de un modelo de seguridad, eficiencia y bajos costos que en esa zona de Oaxaca y Veracruz no son precisamente la panacea. Todo esto, por supuesto, no sucede de la noche a la mañana, son proyectos cuya maduración requiere de cinco a 10 años una vez que arrancan.

3.

Están, además, los altos montos de los subsidios que habrán de aplicarse, como duplicar la pensión de los adultos mayores, aunque Urzúa haya dicho que elevarán la edad de 65 a 68 años; darle becas a los dos y medio millones de ninis y estudiantes; otorgarle incentivos a otro número equivalente en el programa de jóvenes aprendices, todo lo cual se quiere financiar con la reducción de salarios y el recorte de plazas de confianza. Ya ha dicho Gerardo Esquivel, propuesto como subsecretario de Hacienda, que si no les salen las cuentas pues recortarán el gasto en estos subsidios. Lo que no se sabe es si precarizando la administración pública, comprimiendo la burocracia y desdoblando el gobierno federal hacia los estados (con la diáspora de dependencias y entidades hacia diversas ciudades del interior) el gobierno logrará realmente hacer más con menos.

4.

Todo ello ha sido saludado con escepticismo por los mercados. Lo que mejor ha sonado, paradójicamente, es la concreción del acuerdo comercial con Estados Unidos que entierra el TLCAN, de lo contrario, las expectativas ya se habrían desplomado, pues no se ve un plan de crecimiento económico, del empleo y del ingreso en los primeros trazos del plan de gobierno. Quitar pensiones a los expresidentes, topar los salarios o vender el avión presidencial dista mucho de ser un planteamiento de reindustrialización o reestructuración del aparato productivo.

Al respecto, la encuesta Banamex arroja datos de la galvanización de las expectativas para el primer año del nuevo gobierno. Se estima un crecimiento para 2018 de sólo 2.1%, pero lo significativo es que para 2019 se espera un crecimiento similar, es decir, el cambio de gobierno no le estaría agregando potencial a la economía mexicana. El consenso de los analistas no está previendo un boom en el arranque de la administración.

5.

Si merman las inversiones, si los números del gobierno no sostienen el tren del gasto público, podría no ser la historia la que juzgue sino los mercados, que, ya se ha visto, suelen ser lapidarios.