Amor sin palabras

24 de Abril de 2024

Ana Saldaña

Amor sin palabras

Este tipo de amor no está limitado a la cocina. En mi caso tuve la fortuna de caer con una gran mamá. Durante mi vida hay muchas palabras no dichas que me hacen ser quien soy hoy. Las decisiones que mi mamá tomó y sigue tomando poniendo a sus hijos primero. La paciencia y amor que muchas veces se requiere para lidiar con hijos llenos de hormonas y que después a lo largo de su vida misma, los llevará por rutas inesperadas sabiéndose acompañados. La fuerza interior que se requiere para darle alas a los hijos y que puedan elegir su camino y perseguir sus propios sueños. La sabiduría para brindar espacios cuando se requieren. Pero sobre todo esas palabras no dichas, cada vez que veo la increíble capacidad de mi mamá de ser una presencia incondicional que da fuerzas para todo.

También están las palabras no dichas que se vuelven hábitos y fueron transmitidos de una manera casi orgánica, tanto, que se vuelven parte de uno. Desde el remedio casero para la gripa que además de servir me da confort (que en mi caso es una taza hirviendo de jugo de limón con miel), hasta los valores aprendidos como parte de nuestra educación que hoy nos hacen ser quien somos. Al volar del nido uno construye, decide y escoge su camino, modificando de vez en vez alguna cosa y sea dicho, a veces generando tensión. Sin embargo, a lo largo de la vida uno se topa con momentos que son literalmente una encrucijada, pero en los que la certeza de lo que se debe hacer, se reduce al carácter y fortaleza interior. Esta en mi caso, se la debo originalmente a mis padres.

El tiempo se va volando y siempre son esas palabras no dichas las que a lo largo de la vida te nutren el alma y te hacen saberte querido. También las hay con tu pareja y amigos. Pero te puedo garantizar casi, sin temor a equivocarme, que probablemente las primeras fueron las de tu mamá.

Así, termino esta columna de hoy. Agradeciendo a mi mamá por el enorme amor. De lo independiente y segura que me hizo para siempre seguir mis sueños. De lo tanto que me ha regalado y lo importante que ha sido en mi vida para convertirme en lo que soy hoy. Y de todas esas palabras no dichas que escucho.

Querido lector, que si tienes la oportunidad, aprovecha para agradecerle a tu mamá todo lo que te ha dado. Pero, sobre todo, esos momentos a lo largo de tu vida con tu mamá, en los que las palabras han salido sobrando.

Espero que tengas un buen día, mis felicitaciones a todas las mamás y recuerda, ¡hay que buscar el sabor de la vida!