Polarización y noción del “PRIAN” esculpieron el triunfo de AMLO

25 de Abril de 2024

Polarización y noción del “PRIAN” esculpieron el triunfo de AMLO

Polarización PRIAN

Un nuevo estudio sobre los resortes del voto a favor de Morena arroja cuestionamientos sobre la viabilidad de una alianza opositora

Cinco años después del proceso electoral que catapultó a Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia, sigue surgiendo información que permite identificar no sólo los resortes que impulsaron el voto en favor del tabasqueño, sino los efectos adversos que podría tener una eventual alianza entre PRI y PAN en los comicios presidenciales de 2024.

Una investigación publicada el pasado 27 de diciembre en el Journal of Politics in Latin America (JPLA) advierte que las dos razones principales que en 2018 llevaron a votar por López Obrador fueron la “polarización afectiva” (miedo y odio entre integrantes de distintos partidos) y la “convergencia partidista” (la percepción de que PRI y PAN representaban la misma alternativa política).

Para llegar a esta conclusión, el autor del artículo, Rodrigo Castro Cornejo, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), analizó las cuatro principales motivaciones que impulsaron a la mayoría de los mexicanos a abandonar a los partidos tradicionales y a votar por López Obrador.

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A diferencia de casos anteriores en los que países latinoamericanos giraron abruptamente a la izquierda, el voto por López Obrador no está fuertemente asociado con las orientaciones ideológicas.

Según el estudio patrocinado por el Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (GIGA, por sus siglas en inglés) no hay una marcada afinidad entre las posturas del votante y el candidato respecto a temas como fmatrimonio tradicional, derechos de adopción para parejas LGBT, aborto, eutanasia, impuestos a los sectores ricos, gasto social y la participación de la inversión privada en el sector energético.

Tampoco fue determinante la evaluación del desempeño económico en gobiernos anteriores del PRI y del PAN (generación de empleos, inflación, evolución del poder adquisitivo, posición del peso frente al dólar, etc.), para inclinar la balanza hacia el candidato de la alianza Morena-Partido del Trabajo-Partido Encuentro Social.

Y señala el documento: “La coalición de López Obrador era muy amplia e incluía votantes de diferentes niveles de educación, ingresos y orientaciones ideológicas”.

“Nosotros” vs. “Ellos”

El principal detonante del voto para dar el triunfo a López Obrador fue lo que Castro Cornejo denomina “polarización afectiva”. Pero no fue la distinción entre pobres y ricos ni las diferencias entre “chairos y fifís” lo que activó la catapulta, sino la aversión entre morenistas y “prianistas”.

“La victoria de López Obrador estuvo impulsada por la polarización afectiva, que se vio exacerbada por su candidatura al apoyarse en una retórica de ‘nosotros contra ellos’, posicionándose él mismo contra el establishment político”, apunta el autor, quien subraya que la “polarización afectiva” es el miedo y el odio entre los partidos, una tendencia a ver a los copartidarios de forma positiva y a los partidos opuestos de forma negativa, lo que lo lleva a concluir que la polarización en México no tiene sus raíces principalmente en la ideología, sino en la identidad.

“Aunque el partidismo constituye una ‘pantalla perceptiva’ en la adquisición y el procesamiento de la información, también representa una división social que provoca evaluaciones extremas y respuestas conductuales hacia grupos internos y externos y aumenta el prejuicio partidista, lo que puede afectar el comportamiento de los votantes”.

Un ejemplo de cómo la “polarización afectiva” puede definir una elección es Brasil. De acuerdo con el texto de Castro Cornejo, la victoria de Jair Bolsonaro, en 2018, se basó en un fuerte sentimiento contra el Partido de los Trabajadores (que en su momento postuló a Luiz Inacio Lula da Silva y a Dilma Rousseff), así como un fuerte desencanto con las instituciones políticas en medio de escándalos de corrupción que involucran a los principales partidos.

“Bolsonaro pudo movilizar a los votantes anti-PT apoyándose en una retórica conservadora radical y la polarización demográfica por género, raza y religión”, refiere el estudio.

Los riesgos del “PRIAN”

A menos de un año de que inicie el proceso electoral para elegir al nuevo presidente de México, en 2024, el estudio del JPLA arroja nuevas luces sobre las implicaciones de una posible alianza entre PRI y PAN para disputar la Presidencia al candidato o candidata de Morena.

Aunque los dirigentes de los partidos tradicionales no han dicho la última palabra, las fuerzas políticas opositoras deben cuestionarse cómo asimilarán los votantes una eventual coalición, cuál será el mensaje que enviarán a los electores y cómo desactivarán la narrativa de que el “PRIAN” encarna a la “mafia del poder”.

El análisis de Castro Cornejo establece que la segunda motivación más fuerte para votar por López Obrador en 2018 fue la llamada “convergencia percibida” entre PRI y PAN; es decir, la idea generalizada de que ambos partidos entrañan una misma opción política.

“En 2018, Morena y López Obrador ofrecieron una alternativa a los gobiernos neoliberales del PAN y el PRI, ya que los votantes percibieron una corrupción generalizada y una gobernabilidad fallida bajo el PRI en ejercicio. (...) Este contexto negativo hizo que los partidos en el poder de la era posterior a la democratización, el PAN y el PRI, fueran percibidos cada vez más como la misma opción política, lo que fortaleció la conexión entre el ánimo fuera del partido y el voto”, reseña el documento.

Al citar datos del Estudio Nacional Electoral, elaborado por el CIDE en 2020, el autor advierte que 46% de los votantes cree que el PAN y el PRI representaban la “misma alternativa política”; es decir, una proporción considerable de votantes parece estar de acuerdo con López Obrador sobre la existencia del “PRIAN”.

Además, el 42 % de los votantes dijo que era “muy cierto” que existe una “mafia política” formada por miembros del PAN y el PRI, así como el sector empresarial en México, por lo que una posible alianza en 2024 deberá pasar por una evaluación de si esta percepción prevalece a cuatro años de distancia.

¿Sabías que? Según un estudio del INE, 42 % de los votantes dijo que era “muy cierto” que existe una “mafia política” formada por miembros del PAN y el PRI.

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