Promesas vacías

24 de Abril de 2024

Promesas vacías

Promo_528_Varias grandes empresas hacen caso omiso a promesas en lucha contra la deforestación.

Al menos 60 empresas están muy lejos de cumplir sus compromisos climáticos; la mayor parte de ellas de China, Brasil y Argentina

Tras los acuerdos a los que varios países llegaron durante la COP26 del clima, el desencanto ha llegado con el incumplimiento de los objetivos a cargo de las grandes compañías.

La ONG Global Canopy revisó los datos de 350 empresas acusadas de ser las mayores responsables de la deforestación, de forma directa o indirecta, y también analizó a 150 bancos, fondos de inversión y de pensiones que financian a estas compañías.

Según este análisis, una de cada tres empresas estudiadas, no adquirió ningún compromiso para proteger los bosques y un 72% de ellas tienen algún objetivo, pero éste no se extiende a todos sus productos o actividades ligados a la tala de bosques.

Algunas empresas tienen planes respecto a productos específicos, en particular sobre productos como la soya, la carne de vacuno o el cuero pero “no aportan pruebas sobre la forma en la que van a ponerlos en marcha”.

“Muy pocas empresas reconocen los riesgos climáticos provocados por la deforestación y aún menos incluyen a su cadena de suministros en las evaluaciones”, indicó a AFP Niki Mardas, de la organización Global Canopy.

350 compañías fueron analizadas para determinar su compromiso climático.

Cargill, Colgate-Palmolive, Nestlé, Unilever y PepsiCo fueron las empresas con una evaluación más favorable, mientras cerca de 60 compañías, muchas de ellas de China, Brasil y Argentina, recibieron la puntuación más baja posible.

Si se analiza a las entidades financieras, 93 de las 150 analizadas no tienen una política sobre la deforestación que cubra a las empresas e inversiones más dependientes de proyectos que afectan a los bosques.

Solamente una veintena de bancos o de empresas de inversión tienen una política para analizar los progresos realizados sobre la deforestación.

“Frenar la agricultura que fomenta la deforestación para reducir en dos las emisiones y reparar la destrucción de la biodiversidad antes de 2030 no es una opción sino una necesidad para las empresas comprometidas en la credibilidad sobre la neutralidad del carbono”, comentó Nigel Topping, expresidente de la ONG sobre el clima We Mean Business.