¿Qué somos...?

18 de Abril de 2024

Ricardo Eguia

¿Qué somos...?

madero

Energizado por la convivencia familiar en el advenimiento de un nuevo año y más animado me dispongo a esforzarme para hacer del 2016 una reconfortante cadena engarzada de eslabones positivos.

Pretendo ver la vida como los alpinistas que entre riscos, ventiscas y avalanchas miden la existencia no por los días, ni los meses ni los años sino por la intensidad, la profundidad y la pasión de cada paso hacia la cumbre y con esa resistencia que es capaz de afrontar adversidades y con entereza salir fortalecidos del vendaval ya que para ellos “hacer cumbre” es hacer realidad los sueños.

Vivimos en un medio insano y llenos de riesgos aferrados a los manidos y fracasados dogmas de la globalización donde proliferan los espejismos, abusos, confrontaciones, estridentes debates estériles y solo para seguir en las mismas inercias, ambiguedades para justificar egoísmos individualistas e intereses de grupos pletóricos de codicia, mezquindad y domesticidades.

Por ello cuando nos preguntamos ¿qué somos? debemos recurrir necesariamente al célebre biólogo estadounidense Edward O. Wilson pionero de la sociobiología que se pregunta ¿porqué existe la vida social en la naturaleza; porqué es tan rara y que fuerzas la impulsan? llega a una primera conclusión diciendo que solo dos grupos animales han conquistado la tierra: Los insectos sociales como las hormigas y las avispas y la especie humana, ambos interactuando formando grupos para la autoprotección y la ayuda mutua lo cual ha permitido a los insectos sobrevivir por millones de años.

La especie humana con solo unos cien mil años pero con libre albedrío siguió otro camino después de constituir grupos solidarios, armónicos, donde la solidaridad constituyó base sine-qua-non para la supervivencia, después llegó la tensión y el conflicto al aparecer los zánganos o parásitos con afán de dominio y de explotación de los otros que introdujeron la inestabilidad por una casi eterna dicotomía de valores, de un lado la solidaridad, la ayuda mutua y la equidad; pero de otra parte el egoísmo, la hipocresía, el abuso y la cobardía que le causa perjuicios al grupo social.

Luego ante lo ignoto y vasto universo con sus arcanos inmutables en apariencia, el hombre se inventó mitos, ritos y religiones que no cuestionan nada, solo creen e impusieron por siglos la fe como obligación oponiendo a la ciencia la inquisición y la persecución.

Después de la Ilustración y como lo pergeña David Deutsh en su libro “El comienzo del infinito” con gran optimismo racional sobrevino un desarrollo científico y tecnológico vertiginoso, rápido, objetivo, veloz que marca el verdadero inicio de la modernidad y segunda conclusión: Somos como bacterias irrelevantes en el cosmos y ello sin subestimar la capacidad pensante ni el progreso evolutivo del cerebro humano pero que a-fuer de realistas tendríamos que ser menos arrogantes y más humildes ante nuestro infinitesimal tamaño en el universo visible, aplastante, complejo y en expansión.

Por respeto al espacio, pasamos a grandes saltos en los sucesivos modelos económicos de la esclavitud, el feudalismo y las grandes monarquías hasta la revolución bolchevique que marcó el fin de una época de monarquías deslumbrantes por sus colosales excesos, de lujosa pedrería, joyas, ropajes, esplendor, caviar y champagne mientras la población moría de hambre por esas estructuras socio-económicas atascadas en el pasado y que igual en la Francia de los Robespierre alimentaron el rencor y la sed anarquista para sacudirse el yugo, el dolor y la brutal marginación.

La revolución industrial significó la puesta en ceros del reloj de la historia irrumpiendo el capitalismo que desde sus inicios careció de real capacidad de construir una sociedad igualitaria y tal como lo sostiene Vladimir Golistin en su libro“Pronóstico” surge una caterva de nuevos zares del expolio, la estafa y la especulación que saben destruir, apropiarse de los bienes comunes, abolir leyes e inventarse otras que son contrahechuras para sostener un modelo económico carcomido por la testarudez repetitiva (aunque suene tautológico) de los mismos dogmas del ocultismo neoliberal donde impera lo vago, la simulación, las supercherías del “FMI” con sus mitos, trucos, mañas, magia negra y brujerías en las que basan sus esotéricas y grotescas predicciones economicistas para seguir “adorando” al dios Birján en ese gran casino neoliberal estafador que ha causado otro estropicio planetario desde el 2008 a la fecha, más lo que se acumule.

Dos son pues las peores calamidades que asolan a la humanidad y de manera exterminante: El capitalismo salvaje sin bridas, desbocado en aquelarre delirante tripulado por traficantes de cifras, estadísticas, predicciones adulteradas, especulación y saqueo permanente de países enteros en beneficio cruel y diabólico de meros parásitos que nada aportan para equilibrar la maltrecha economía mundial, sino que embrutecidamente sacan raja de las crisis económicas cíclicas de diseño tramposo para el despojo criminal de los bienes nacionales y el otro torvo, repugnante y asaz malsano trastorno mundial es la repulsiva contaminación de los combustibles fósiles que agrava de manera ruda, primitiva y vil la temperatura de la atmósfera terrestre a punto de pasarnos la factura a todos por culpa de unos palurdos que con mil tretas retrasan las energías limpias como la más patibularia tropelía y vandalismo global atentando contra toda la especie humana que paga los platos rotos sin deberlos.

¡Altamente ofensivo para la humanidad que unos pocos arruinen al planeta!

Los que más toman y se “agandallan” en perjuicio del medio ambiente no pagan nada por contaminar el aire, las aguas y la tierra fértil... pagamos justos por pecadores frenéticos y enloquecidos.

Terroristas exacerbados de “cuello blanco” se adueñan de la naturaleza, la destruyen, se apoderan de los recursos naturales y dejan tras de sí cementerios ambientales.

Se parapetan en el soborno, la mentira y la violencia bajo la égida del capitalismo salvaje como paraguas protector y falseando la verdad con los medios totémicos siempre a su servicio.

Las élites políticas sucumben a esta amañada visión egoísta y pragmática del “ay se va y el de atrás arrea” y se retratan del brazo o dan medallas a los ecocidas desatando incluso políticas represivas y aberrantes (terrorismo de estado) contra ambientalistas y/o defensores de sus propias tierras o del agua como recurso vital.

México tiene en otro barroquismo de leyes que no se aplican una “Ley de Cambio Climático” y recién se aprobó la “Ley de Transición Energética” pero sin ambages los órganos cúpula empresariales se han manifestado en contra de esas disposiciones anunciando tozuda resistencia irracional y empiezan a hacer una parodia de los acuerdos nimios de la Cumbre de Paris, de tal suerte que rupturistas como siempre nada ni nadie impedirá sigan depredando desenfrenada y ecocidamente.

¡Se olvidan o no les importa que “la humanidad es una especie biológica en un mundo biológico"; pertenecemos y dependemos de la biósfera en que nacimos!

Demostrado está que solo hay organizaciones humanas socializadas y exitosas (Suecia, Noruega, Finlandia, Dinamarca, etc.), ahí donde existen el orden, el respeto a la ley y la equidad.

Luego entonces ¿qué somos? si no salvaguardamos los bienes de la humanidad: El aire, el agua y la tierra; si no señalamos la irresponsabilidad garrafal, ni se castiga, ni se le imponen multas o impuestos especiales a los que incurren en delitos ambientales de lesa humanidad...

¿Somos sumisos masoquistas al aceptar con nuestro silencio, nuestro inmovilismo toda esa crueldad, egoísmo, codicia y los caprichos de unos pocos grandes depredadores del medio ambiente?

Salvo mejores opiniones que respeto si tienen mayor peso, el nuevo año debe ser propicio para que en ejercicio de alta madurez, valentía y constancia evitemos el autoengaño de que se resolverá solo ese grave problema a pesar de nuestra molicie y rechacemos se nos aturda con propaganda despreciable, sectaria y aniquilante solo para postergarlo todo, mientras a la humanidad se la lleven los pingos. www.ejecentral.com email: eguia.associates@gmail.com twiter: @ REguiaV

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