Las implicaciones de la derrota

18 de Abril de 2024

Juan Antonio Le Clercq
Juan Antonio Le Clercq

Las implicaciones de la derrota

Le Clercq

El gobierno enfrenta la derrota política más importante en todo el sexenio. Una derrota con múltiples aristas que tendrá consecuencias en los últimos años de gobierno.

Independientemente de buscar contener el daño promoviendo una pieza legislativa que requiere únicamente de mayoría absoluta, Morena no ha sido capaz de evitar el voto negativo en contra de una reforma constitucional clave en el proyecto político y la narrativa de la presidencia de López Obrador. En forma inédita se votó en contra de un proyecto de reforma constitucional enviado por el titular del Ejecutivo y, aún más, del único Presidente con mayoría absoluta en ambas cámaras desde 1997. Esto no es cualquier cosa.

Morena apostó por recurrir a su músculo político para aplastar la resistencia de sus opositores, pero el domingo pasado observamos un bloque opositor articulado y cohesionado a pesar de sus profundas diferencias, con capacidad para resistir la presión del gobierno y evadir el manoseo de las reglas del juego legislativo. Ha revivido una oposición anteriormente pasmada ante la narrativa de López Obrador, descubriendo además una vía para derrotar al gobierno. Frente a un discurso que reduce la política a un choque de fieles transformadores contra traidores a la patria, la oposición finalmente ha entendido que está de por medio su supervivencia política.

Nada de esto se explica sin la presión de grupos de ciudadanos que exigieron a los diputados de oposición que confirmaran su asistencia a las sesiones y comprometieran su voto en contra de la reforma. Mientras la movilización de bases de Morena no funcionó para presionar a los opositores, los ciudadanos vigilantes en redes sociales fueron mucho muy efectivos. Si bien los legisladores de oposición enfrentarán mucha presión social en adelante, esto funciona también como respaldo a su trabajo y como forma de rendición de cuentas. En un contexto en el que la oposición parecía incapaz de conectar con la sociedad, el error de cálculo de Morena ha provocado una conexión política con mucho potencial para la oposición.

El recurso al músculo político, la movilización de simpatizantes y las acusaciones de traición a la patria no sirvieron para doblar a la oposición. En el camino tiraron a la basura el recurso al diálogo y la negociación entre fuerzas políticas. Ricardo Monreal, legislador con mucho olfato político, advirtió sobre el riesgo de provocar una parálisis legislativa al continuar alimentando la polarización. No quisieron escucharlo y se impuso el radicalismo sobre la prudencia negociadora. Aunque el gobierno no quiera o pueda verlo, la evidencia señala que falló la estrategia, los operadores más radicales fracasaron y la polarización nulificó a quienes promovían acuerdos. Lo peligroso es insistir en el error político de promover linchamiento político y el renunciar a construir acuerdos en los últimos años de gobierno.

Los señalamientos y acusaciones en contra de la oposición provocan la falsa impresión de que la coalición gobernante funciona como un bloque fuertemente cohesionado. Por el contrario, los resultados de la consulta sobre revocación de mandato y la votación del domingo pasado comienzan a evidenciar acusaciones y reclamos internos. Se acerca la hora de los ajustes de cuentas y la dinámica de la sucesión acelerará conflictos, reacomodos y traiciones.

Faltando menos de dos años para que arranque formalmente la sucesión presidencial, nos encontramos ante un escenario en el que el gobierno, a pesar de su innegable fuerza política, está optando por renunciar a hacer política desde la negociación y el acuerdo, mientras que una oposición débil y difuminada hasta solo unas cuantas semanas atrás, se encuentra con la posibilidad de articular un proyecto político y una narrativa capaces de poner en jaque las aspiraciones del gobierno.

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