El independiente

19 de Abril de 2024

J. S Zolliker
J. S Zolliker

El independiente

js zolliker

La gente quiere resultados. Únicamente, les interesan los resultados y eso, lo tiene muy bien asimilado. Ignorarán, lo sabe, a cualquiera que les ofrezca más de lo mismo: excesos, promesas incumplibles y confrontaciones mañaneras. Siente el ambiente político desde las entrañas, lo tiene bien digerido porque, a pesar de todo, se ha mantenido como cualquier ciudadano. Dice que nunca quiso dedicarse a la política y se le nota: no es, ni cercanamente, un grillo que prometa fácil ni un dicharachero de diagnósticos erróneos ni ligeros.

Ocupa buena parte de su tiempo en escuchar y conocer las necesidades de la gente. No le molesta que le señalen lo que está mal, o que le increpen o que lo contradigan. Aprendió desde hace tiempo, que no hay nada más importante en el servicio público, que tener la humildad de reconocer un error para poder servir al público, aunque ello implique corregir el rumbo. La peor característica que puede tener una personalidad de funcionario, considera, es la soberbia. Decidir sin realmente escuchar a todas las partes, le parece una característica execrable.

Obviamente, tiene criterios y valores inamovibles. Combatir la corrupción es la primera de ellas y sabe que, para hacerlo, para realmente lograrlo, se debe terminar con la impunidad. O la eliminamos o nos terminará ahogando. Lo sabe de cierto. Objetivamente, está seguro de ello.

Su vida, la ha dedicado a prepararse, tanto mental como académicamente. Infirió siempre, que se dedicaría a la práctica privada del derecho y al teatro que tanto le apasiona. Otro destino le esperaba con el nacimiento de sus hijos. Recapacitó y decidió que no quería dejarles el mundo igual o peor, de lo que lo recibió él. Invirtió entonces, todo su esfuerzo para transformarse en una persona que fuese digna de la confianza de sus semejantes. Optó por un comienzo pequeño, contrario al presupuesto e inercia que le ofrecían los grandes y viejos partidos políticos. Jamás caería en sus garras de halagos para terminar siendo uno más de los mismos, le prometió a su esposa cuando decidió contender por una diputación local.

Ahora, algunos años más tarde, puede contender por la presidencia de la República porque cumplió y presentó resultados. Sus hechos, hablan por él. Su palabra, vale por lo que cumple y no por lo que promete. Es completamente independiente de quienes toda su vida han vivido y se han servido del presupuesto y la gente, lo sabe. Reconocen todos, que se ha mantenido alejado de la grilla, de las banalidades de la imagen propia y del enriquecimiento ilícito. Además, es joven y no está ni amañado ni maleado en las triquiñuelas del poder.

Promotor y defensor de la democracia. Representante de sus votantes. Estudioso de la sociedad. Serio en sus compromisos. Indiferente a la fama personal. Derecho con todos. Entregado a su causa. No tolerará lo intolerable. Tampoco, permitirá los ánimos totalitarios. Entiende sobre todo que para lograrlo, necesita desde su posición, reunir a toda la oposición bajo su misma bandera socialdemócrata. Esto es posible en nuestro México que tanta hambre y sed de justicia tiene. Esto es posible, en manos de un independiente, treinta años después.

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