La estrategia en seguridad y los intentos por pacificar al país del gobierno actual fracasaron desde su nacimiento, advierte la cuarta edición del Atlas de la Seguridad y la Defensa de México 2020, editado por el Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (Casede).
El hecho de que el año 2019 cerrara con los máximos históricos en homicidios que a la fecha persisten, y el que se agudizaran las crisis de violencia e inseguridad, ante un cada vez más “monstruoso” comportamiento de las organizaciones criminales, son resultado de que la lógica empleada “parece rebasadas por la realidad de los hechos”.
“El presidente López Obrador ha intentado revertir —sin éxito— la estrategia heredada. Desde su campaña electoral, en 2018, acuñó su popular frase de ‘abrazos, no balazos’. Sin embargo, por la intensidad en el empleo de las Fuerzas Armadas, los abrazos se quedan en el discurso y los balazos siguen presentes en el conflictivo escenario nacional”, subrayan Raúl Benítez Manaut y Sergio Aguayo Quezada, parte del equipo editorial, en la parte introductoria del informe.
En el análisis elaborado por Casede, en colaboración con el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República y la Universidad de las Américas Puebla, especialistas en los distintos temas de seguridad, justicia y defensa analizan las aristas del fenómeno de la seguridad y evidencian el impacto que ha traído consigo la ausencia de “una verdadera estrategia de seguridad” y el fallido intento del gobierno en turno por revertir las políticas públicas que han prevalecido.
Al respecto, Mónica Serrano, investigadora del Colegio de México y una de las analistas en el Atlas, apunta que la Guardia Nacional ha batallado para contener la vorágine de violencia, lo cual se deriva precisamente de las deficiencias de la política de seguridad que, con un promedio de 97 asesinatos al día, desde el primer año de gobierno no se lograran alcanzar los objetivos planteados.
Juan Antonio Le Clercq y Gerardo Rodríguez Sánchez Lara, docentes de la UDLAP y editores del Atlas, advierten que “ante el tamaño de la amenaza de las organizaciones criminales y un comportamiento cada vez más monstruoso, las premisas del uso no ofensivo de la fuerza y del ejemplo virtuoso que conforman la lógica de seguridad de AMLO parecen rebasadas por la realidad”.
También agregaron que el intento fallido de revertir la política pública en seguridad que se ha mantenido en los últimos tres lustros “ha profundizado en diversas crisis que van desde la creciente violencia criminal, la sistemática violación de los derechos humanos y los altos índices de corrupción e impunidad”.