Discutir las propuestas

23 de Abril de 2024

Enrique Del Val
Enrique Del Val

Discutir las propuestas

enrique del val

Casi todos los días surgen propuestas, ya sea de personas en lo individual o de manera colectiva, para hacer menos drásticos los efectos de la pandemia entre la población mexicana. Muchos columnistas y comentaristas las han difundido en los diferentes medios de comunicación.

Llama la atención que, hasta donde sabemos, solo una de por lo menos 15 propuestas haya obtenido una respuesta, y por cierto negativa, de parte del Presidente de la República. Muchas de ellas, como la del grupo Nuevo Curso de Desarrollo, en cuya elaboración participé, no son contrarias al régimen actual y solo buscan ayudar ante la situación tan grave que se está viviendo y se vivirá hasta que no se obtenga una vacuna.

Me parece que, si bien el Presidente no tiene que atender nuestras propuestas, al menos alguien del Ejecutivo debería de tomarse la molestia de leerlas y por lo menos dar acuse de recibo. Lo ideal sería que se abriera un espacio de discusión entre el gobierno y la sociedad civil sobre las propuestas, y no recibir la mera descalificación o hacer como que no existimos, a la tradicional usanza del pasado.

Cada día que pasa los signos son más ominosos, no solo en cuanto al número de personas fallecidas o contagiadas, también a la pandemia económica que se está gestando y ante la cual, hasta ahora, las respuestas del Ejecutivo han sido desgraciadamente insuficientes y preocupantes, demostrando el desconocimiento del gobierno ante la magnitud del desastre. Lo que tenemos enfrente es una calamidad, no solo de salud, sino económico-social como nunca, desde la revolución mexicana.

El quédate en casa es sin duda la mejor forma de evitar que crezca la pandemia, pero solo vale para una parte muy pequeña de la población mexicana, dada la extrema desigualdad que tenemos y que sin duda se va a ahondar. Aquí, al igual que en el resto del mundo, los que más van a sufrir de muerte y de escasez son los que menos tienen, y resulta que, conforme a las últimas mediciones del Consejo Nacional de Evaluación (Coneval), en 2018 había 61 millones de personas que no podían adquirir la canasta alimentaria ni los bienes y servicios básicos, mismas que representaban el 48 por ciento de la población.

Según un cálculo del Coneval, y uno reciente de Miguel Székely, como resultado de lo que estamos viviendo habrá entre 10 y 12 millones más de pobres, lo cual significa un reto mayúsculo para este gobierno y para todos.

México hasta ahora es de los países que menos dinero adicional ha destinado a combatir la pandemia, incluso dentro de la región latinoamericana. Este es uno de los temas que tendría que ser revisado. Hasta el momento, el discurso ha sido preservar las cifras macro, no endeudarse y hacer reducciones cuasi imposibles a los presupuestos de las dependencias públicas, como la última acción de reducción de los gastos de operación en una cantidad nunca vista y que seguramente a muchas dependencias las va a dejar sin poder atender acciones vitales. Es decir, aplicando las políticas seguidas por los distintos regímenes neoliberales del mundo, supuestamente tan aborrecidos por la actual administración.

Urge en verdad que este gobierno invierta más y también que se endeude más. Lo están haciendo todos los gobiernos del mundo, porque lo principal, lo en verdad fundamental, hoy es que la gente no se muera por el virus y tampoco se muera por hambre.

Se han propuesto diversidad de acciones: un seguro desempleo, duplicar las transferencias de programas sociales, crear el ingreso básico de inmediato y hasta final de año para los que no tienen nada o los informales, entre otras.

Insisto que lo más importante es que el gobierno entienda que con las medidas hasta hoy adoptadas la crisis económico-social está creciendo y más valdría atenderla a tiempo y no cuando explote.