El precariado 
se va a levantar

18 de Abril de 2024

Enrique Del Val
Enrique Del Val

El precariado 
se va a levantar

enrique del val

Estamos en el mes de julio, con más de 30 mil muertos causados por la pandemia, y da la impresión de que las autoridades federales todavía no se dan cuenta de la gravedad de la situación, más allá de la discusión enfermiza que no lleva a ninguna parte, de si son más o menos los muertos.

Si vemos las opiniones de conocidos académicos de otras partes del mundo, nos damos cuenta de que sus preocupaciones son iguales a las de los mexicanos, que se manifiestan todos los días en periódicos, revistas, radio y televisión.

Por ejemplo, el influyente economista Jeffrey Sachs expresó, en una entrevista con la BBC News en mayo pasado, que la calidad del liderazgo en muchos países, empezando por Estados Unidos, es tan mala que el futuro se ve negro, argumentando que “si tenemos una crisis financiera, una crisis de salud pública y una crisis geopolítica, tendremos otra era de Gran Depresión”.

Le preocupa lo mismo que a muchos, en el sentido de que el objetivo de eliminar la pobreza extrema global para 2030, que es uno de los principales puntos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, será imposible de cumplir.

En una parte de la entrevista dijo que hay gobernantes en “negación”, y mencionó a Trump, Bolsonaro y López Obrador; incluso se extendió en el caso mexicano y señaló que ya estábamos en crisis por poner todas las fichas en Pemex. Tampoco dejó bien parado a Trump, de quien dijo que es el peor presidente en la historia norteamericana, y el mejor ejemplo son los miles de muertos que están teniendo por la pandemia.

Otro de los economistas notables, el premio Nobel Joseph E. Stiglitz, indicaba a principios de este mes que la famosa recuperación en “V” para Estados Unidos y varios países es una fantasía, porque la “economía post pandémica será casi con certeza anémica”. Asimismo, dijo que es necesaria la intervención del Estado, porque los mercados son incapaces de manejar lo que se viene, poniendo como ejemplo que no hay modo fácil de convertir empleados de aerolíneas en técnicos de Zoom.

Y se refería al gran tema que, a mi juicio, marcará esta época: el del crecimiento de la desigualdad, debido, según Stiglitz, a que “las máquinas no pueden contagiarse del virus”, lo que provocará el desempleo de los menos calificados. Para él, y para muchos de nosotros, es necesario un gran estímulo fiscal, pero éste “chocará con las objeciones de los ‘conservadores’ al aumento del déficit y del endeudamiento”.

A fines del mes pasado, el economista turco Nouriel Roubini escribió un artículo en el cual dijo que el proletariado que describía Carlos Marx en sus obras es ahora el precariado, una clase alienada, de trabajos inseguros, sin seguridad social y sin futuro, que está presta a movilizarse en contra de la plutocracia, antes burguesía. Indicó que el 10% de los más ricos poseen el 84 de todas las acciones en bolsas de valores y que el 75% de la población no posee ninguna. Por eso, finalizó su denominado Main Street Manifesto parafraseando a Marx: “que los plutócratas tiemblen ante la revolución del precariado. Éstos no tienen nada que perder excepto las cadenas. Trabajadores precarios de todo el mundo, uníos”.

El mejor ejemplo de esta desigualdad es saber que el señor Jeff Bezos de Amazon tiene ahora un patrimonio de 172 mil millones de dólares.

Lo que podemos concluir es que mientras más dure la pandemia, la situación de millones de personas va a empeorar, a menos que los gobiernos entiendan que la política económica tiene que cambiar radicalmente. Sin duda habrá que endeudarse; sin duda habrá que establecer, y de manera inmediata, el ingreso ciudadano para todos; sin duda habrá que gastar más en salud y educación.

Pero para lograrlo, se necesita urgentemente un cambio de mentalidad en los gobernantes, de lo contrario, el precariado los obligará y será demasiado tarde.