Lo peor está por venir

23 de Abril de 2024

Enrique Del Val
Enrique Del Val

Lo peor está por venir

enrique del val

Escribí este artículo el martes de esta semana, y lo menciono porque dada la velocidad de los acontecimientos, quizá algún dato, como el de que la cotización del barril de petróleo se encuentra en términos negativos, se convierta en obsoleto. Aunque cabe señalar que todos los problemas que se están produciendo e informando confirman las palabras dichas hace unos días por el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, máxima autoridad sanitaria mundial, quien preside la Organización Mundial de la Salud, en cuanto a que “lo peor está por venir”.

Lo dice en el momento en que 2.43 millones de personas se han infectado y más de 160 mil han muerto a causa del Covid-19, por lo que recomienda evitar las sorpresas con los prontos retornos a la normalidad de algunos países, insistiendo en que la única forma de combatir este “demonio”, como lo cataloga, es con unidad nacional y solidaridad.

Quizás en estas dos palabras se encuentre la posible salida a la pandemia y por eso la insistencia que muchos hacemos sobre la necesidad de dejar las diferencias políticas, o más bien guardarlas, ya que lo que necesitamos es la participación de todos; y todos, en este caso significa todos.

Diariamente nos enteramos de propuestas interesantes, porque cada día hay más gente preocupada por cómo salir adelante, sobre todo, de los gobiernos de izquierda y de académicos comprometidos. Un ejemplo es la propuesta del presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, hoy tan vituperado por la derecha. Se trata de una propuesta digna de tomarse en cuenta. Se refiere a la constitución de un fondo europeo de reconstrucción de 1.5 billones de euros en calidad de deuda perpetua.

Este fondo otorgaría apoyos a los países que lo requirieran y no los obligaría a tener una fecha límite de pago, aunque deberán pagar los intereses por el tiempo que se tarden en solventar la deuda, proponiendo la creación de impuestos especiales para aquéllos que aumenten las emisiones de CO2 o utilicen energías no limpias. Sin duda, es una propuesta que ayudaría, principalmente a los gobiernos del sur europeo, para salir lo menos dañados posible de la pandemia.

Dicha propuesta la presentará esta semana en la reunión cumbre de líderes de la Unión Europea y desde ahora se sabe que encontrará reticencias de dos países, Alemania y Holanda.

Académicos de las principales universidades de este último país han propuesto cinco acciones en un manifiesto para, una vez superada la pandemia, hacer un mundo más sostenible y menos desigual. Dichas propuestas las podríamos aplicar a cualquier país y este es, en mi opinión, el punto fundamental; todo tiene que cambiar, o más bien, ya cambió.

Entre las acciones mencionadas por los académicos holandeses se encuentran la del establecimiento de un ingreso ciudadano universal; el cambio de la política social, con una reforma fiscal que sea progresiva, además de la reducción de las horas de trabajo.

Asimismo, el cambio de la agricultura hacia una regenerativa, basada en la biodiversidad y, sobre todo, sustentable. También proponen una reducción del consumo superfluo y de los viajes lujosos y, por último, un punto importante y sin el cual el mundo será insostenible se refiere a la cancelación de la deuda de los países más pobres del mundo.

En términos generales, estas propuestas son las que hacemos miles de personas y lo importante es que vienen de uno de los países más estables, cuyos intelectuales ven que ya no podemos seguir así, ya que el régimen neoliberal de los últimos 30 años ha sido de lo más dañino para la mayoría de la población.

Nuestro gobierno también debería de tomar en cuenta estas propuestas, sobre todo si declara que está en contra del neoliberalismo, por lo que le convendría cambiar la política económica, cosa que hasta la fecha no ha hecho.