Una vez que hayan pasado las elecciones, que esperamos se desarrollen mayormente en paz y con copiosa participación, sobre todo de los jóvenes que lo harán por primera vez, volveremos a la realidad, y dentro de ella a la económica, la cual necesita dar un giro para sacar al país adelante, más allá de las declaraciones triunfales de crecimientos por arriba del 6%, que ojalá se logren.
Si uno ve lo que están haciendo otros gobiernos para mejorar las condiciones de vida de su población, es totalmente diferente a lo que estamos haciendo aquí.
Por ello, no se explica el por qué seguir con una política que ha demostrado no ser la más oportuna en estos momentos.
Por ejemplo, en Europa, el Banco que sirve a todos los países miembros de la comunidad está haciendo una política que aquí no quiere hacer el Banco de México (Banxico), y que se refiere a la compra de deuda pública de los países miembros a tasas de interés ridículas de casi 0%, con el único fin de que los gobiernos puedan aumentar sus gastos para volver a crecer después o durante la pandemia.
No se entiende el por qué Banxico argumenta, al más puro estilo neoliberal, que ya no puede reducir a menos de 4% la tasa de interés, cuando otros países latinoamericanos, por ejemplo, la tienen por abajo del uno por ciento. Difícilmente vamos a poder crecer a las tasas que desea el gobierno si no hay un cambio en materia de tasas de interés.
Ha sorprendido a muchos en casi todo el mundo el presupuesto que el presidente Biden ha sometido a su Congreso para el siguiente año fiscal, mismo que alcanza la increíble cifra de seis trillones de dólares y, si analizamos cómo lo ha repartido, podemos notar que ha privilegiado áreas que habían sido abandonadas por el impresentable Trump.
Ejemplo de lo anterior es el ramo educativo, mismo que recibirá el mayor incremento de todas las dependencias federales, de casi 41% con respecto a lo que tiene ahora.
Es decir, casi un 50% más, y está por resolverse también el terrible problema de la deuda estudiantil que, según los cálculos que se han publicado, es de un trillón de dólares y que en gran proporción es impagable por los jóvenes egresados.
Pero no sólo la educación ha recibido un gran incremento sino también otras áreas, como la salud con 24%, la ciencia con 20%, la agencia de protección ambiental con 22%, y así podríamos seguir con otros rubros para mejorar y ampliar el empleo, la infraestructura y la agricultura.
Lo anterior ha sido posible reduciendo el crecimiento del presupuesto militar a 1%, que dicen es el menor incremento en muchos años.
Y con el objeto de obtener mayores ingresos, está proponiendo un incremento en los impuestos a las personas más ricas y a las empresas. Para las personas pasará de 37% a casi 40% y en el caso de las empresas aumentará de 21 a 28 por ciento.
En este tema, el presidente Biden está encabezando un esfuerzo a nivel mundial con el objeto de parar el abuso de las compañías multinacionales en materia de impuestos, proponiendo una tasa mínima mundial.
Se espera que esté lista a finales de este año, con el apoyo de la Unión Europea, Japón e Inglaterra, entre otros países.
Sin duda no será fácil la aprobación del presupuesto estadounidense en el Congreso, pero lo importante, a mi juicio, es prestar atención sobre cuáles son las preocupaciones del actual gobierno para salir de la crisis y la pandemia, más allá de las vacunas, y ésas se centran en la gente y sus necesidades más inmediatas, como son educación, salud y empleo, y para ello refuerza el apoyo de la ciencia.
Ojalá y los servidores públicos de nuestro gobierno tomen nota de lo que está haciendo el presidente del país más capitalista del mundo.