Signos ominosos

25 de Abril de 2024

Enrique Del Val
Enrique Del Val

Signos ominosos

enrique del val

A raíz de la pandemia, el papel de los militares de muchos países ha cobrado una importancia mayúscula. En muchos de ellos ya jugaban un papel principal, no solo en defensa del territorio y acciones propias del ejército, sino que habían entrado de lleno en la participación de lo que podríamos llamar “los negocios públicos”.

Desde la República Popular China hasta Nicaragua, pasando por una infinidad de países, los militares juegan un papel importante en el desarrollo de su sistema económico y su presencia es ya incuestionable en varios aspectos de la vida diaria.

En el nuestro, a partir del nuevo gobierno, también están participando en las actividades productivas, más allá de sus obligaciones inherentes, pero esto será tema de otro artículo porque en este me quiero referir a lo que está pasando en España, en otras condiciones más allá de los negocios propiamente dichos.

Resulta que, en los últimos meses, primero 39 miembros de la fuerza aérea y el ejército de tierra enviaron una carta al rey Felipe VI, en la que señalan lo que a su juicio es la “imposición de un pensamiento único” y manifiestan su preocupación por “el grave riesgo para la democracia”. Esta carta, firmada por personal militar retirado, entre los cuales hay generales, comandantes y tenientes generales, todos mayores de 70 años y en retiro, ha provocado una cascada de adhesiones y comentarios que son preocupantes para la democracia española.

Adicionalmente, a finales de noviembre pasado, 73 exmandos del ejército de tierra le remitieron a su Rey otra carta, tachando al gobierno de Pedro Sánchez de “socialcomunista apoyado por filoetarras e independentistas” que ponen en peligro a la cohesión nacional.

El gobierno español ha demostrado ya su preocupación, principalmente cuando un general de división del ejército del aire manifestó en un chat su deseo de fusilar a 26 millones de españoles, asegurando que el dictador y criminal Francisco Franco fue una figura clave para la paz y el progreso. Esta declaración fue turnada por la Ministra de Defensa a los tribunales, argumentando que las declaraciones son inaceptables y están fuera del marco constitucional, agregando algo que, a mi juicio, es fundamental: que esto pone en una “situación complicada al Rey”.

Por si fuera poco, un general de división, que se desempeñó como ayudante de campo del rey Juan Carlos, fue nombrado presidente de la Fundación Nacional Francisco Franco, misma que, aunque no lo creamos, existe.

Este general, de nombre Juan Chicharro, le escribió al actual monarca, Felipe VI “¿Acaso no es la monarquía obra de Franco?” y para mayor aclaración le advertía que “no estaría Vuestra Majestad en el trono”.

A mediados del mes pasado, una vez aprobados los presupuestos en España, otro grupo de 270 militares retirados mencionaba en un manifiesto que había un deterioro de la democracia y resaltaban su lealtad al Rey como mando supremo de las Fuerzas Armadas, es decir, ignorando al gobierno constitucional electo.

A este manifiesto se le han venido agregando más firmas y, tomando en cuenta que hay más de 20 mil militares retirados, se asegura que se irán sumando más, sobre todo considerando que el grupo parlamentario fascista de Vox ha expresado en el Congreso su apoyo al chat que habla de fusilar a 26 millones. Su secretaria general dijo textualmente “es una manifestación en favor de la unidad de España y como tal, por supuesto es nuestra gente”. Así de sencillo y simple.

Como podemos apreciar, signos ominosos se manifiestan en la Península Ibérica, al igual que en otros lugares, y esperemos que lo que tanto ha costado a ese país conseguir una democracia no vaya a ser truncado por la irracionalidad y, sobre todo, por la complacencia del Rey, quien tiene que parar esta escalada antes de que la sangre llegue al río.