Una nueva investigación ha vuelto a golpear a la iglesia católica. Se trata de la realizada por una comisión independiente que encontró que desde 1950, el clero católico abusó de cuatro mil 815 menores de edad, de los cuales aún sobreviven poco más de 500.
“Ahora es difícil que todo siga igual en lo que respecta a la violencia sexual contra menores en Portugal y a la toma de conciencia de su impacto traumático”, señaló Pedro Strecht, psiquiatra infantil y jefe de la comisión, ante medios de comunicación.
La investigación, que comenzó a realizarse el año pasado, fue encargada por la iglesia de Portugal poco después de que algunos de los sobrevivientes acusaran los hechos. En octubre, un equipo de seis expertos, encabezado por Strecht, anunció que había recabado centenares de testimonios de presuntas víctimas pero advirtió que el número total era “mucho mayor”.
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Y fue hasta este lunes que los miembros de la comisión dedicados a la investigación dieron a conocer las conclusiones sacadas de al menos 512 testimonios, junto a observaciones sacadas de otras averiguaciones en los archivos de la iglesia y de sus entrevistas con sus altos responsables de la jerarquía.
El escandaloso informe ya generó una reacción entre los obispos del país, quienes informaron que sostendrán un encuentro en marzo con el objetivo de sacar conclusiones del informe y “librar a la iglesia de este flagelo tanto como sea posible”, tal como lo mencionó el padre Manuel Barbosa, miembro principal de la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP).
Asimismo, ante la presión que esto genera a las altas esferas del clero católico, se plantea la posibilidad de que el papa Francisco se reúna con algunos de los sobrevivientes en su próxima visita a Portugal, que se contempla en agosto.
Sin embargo, tanto los investigadores como los miembros de la iglesia señalaron que muchos de los abusos ya prescribieron, y únicamente transfirieron 25 casos a la fiscalía.
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