Pacific Rim 2: no es lo mismo sin Del Toro

25 de Abril de 2024

Alejandro Alemán
Alejandro Alemán

Pacific Rim 2: no es lo mismo sin Del Toro

alejandro aleman

Al inicio de Pacific Rim: Uprising, la voz en off de Jake Pentecost (John Boyega) —el hijo del general Stacker Pentecost, quien dio la vida para salvar al mundo de la invasión Kaiju (Pacific Rim, 2013)— confiesa que a pesar de llevar el apellido Pentecost no se parece en nada a su heróico e imponente padre.

Este deslinde no parece ser únicamente del personaje, sino que la película misma pareciera confirmar nuestras sospechas: no tiene nada que ver con la Pacific Rim original, aunque lleven el mismo nombre. O dicho de otra forma, Steven S. DeKnight —el director de esta secuela— no tiene nada que ver con el padre de esta franquicia: Guillermo del Toro.

Han pasado 10 años desde la última batalla contra los Kaijus. Los jaegers son ahora un objeto de culto, las piezas de los robots caídos en combate son mercancía valiosa en el mercado negro, del cual Jake forma parte. Su hermana, Mako Mori (Rinko Kikuchi), lo convence para que deje aquel submundo y regrese al ejército a terminar su entrenamiento como piloto. A regañadientes acepta, pero cuando una nueva amenaza al planeta requiere del regreso de los Jaegers, Jake pondrá a prueba la herencia del apellido Pentecost.

Se nota, y mucho, que ahora hay más presupuesto, lo cual se traduce en más juguetes: toda una nueva serie de jaegers con nombres rimbombantes como Guardian Bravo, Titan Redeemer, o el heredero de Gypsy Danger, ahora llamado Gypsy Avenger. Hay incluso un jaeger hecho a mano por una niña genio, Amara Namani (Cailee Spaeny), que parece una mezcla entre BB-8 con Bumblebee.

Tenemos más robots, más actores y muchos más efectos especiales. La acción es también mucha y bien filmada. Las peleas entre robots son absolutamente más espectaculares que antes, pero en contraparte, el guion, la historia e incluso el armado narrativo de la cinta (cierto montaje a medio filme) es sumamente pobre.

Si algún valor tiene Pacific Rim 2 es meramente académico: observen y sorprendanse, sean testigos de cómo una historia tan básica (un grupo de robots gigantes peleando contra monstruos gigantes) en manos de Guillermo del Toro se vuelve en un efectivo vehículo de nostalgia infantil, emocionante y entrañable, mientras que en manos de cualquier otro se convierte en un espectáculo vacío, de entretenimiento dominguero olvidable.

En ninguna de las famosas master class de Del Toro se puede encontrar una lección de cine tan ilustrativa e importante como esta.

@elsalonrojo