Ante un escenario global de mayores niveles inflacionarios que obligan a los bancos centrales a incrementar la tasa de interés a través de su política monetaria, la Secretaría de Hacienda (SHCP) pronosticó que por cada punto porcentual que aumenten las tasas de interés, el gobierno mexicano tendrá que desembolsar más de 24 mil 500 millones de pesos, cifra equivalente al gasto estimado para Instituto Nacional Electoral (INE) o bien el presupuesto para 13 dependencias como las secretarías de Gobernación, Economía, Función Pública, entre otras.
Este rubro, en las cuentas nacionales, se registra en el gasto no programable del sector público y afecta el servicio de la deuda (pago de intereses) del pasivo con costo a tasa variable y los costos de refinanciamiento de la deuda que está por vencer.
México, con un saldo de deuda bruta del sector público federal de 13.1 billones de pesos a julio pasado, en 2022 podría desembolsar alrededor de 791 mil 500 millones de pesos como costo financiero.
Ese monto significa el 52% de todo el gasto programable que recibirán las 26 dependencias de los llamados “ramos administrativos” como son las secretarías de Educación, Gobernación, Agricultura, Economía, la SHCP, Sedena, SCT, la SRE, Salud, Semar, STyPS, Energía, Bienestar, Turismo, Función Pública, entre otras.
Un punto a favor del costo de la deuda financiera es la apreciación del peso frente al dólar, ya que reduce el costo financiero de la deuda externa. A julio, el saldo de ese pasivo fue de 229 mil 766 millones de dólares, cifra que representó el 35% del total.
Sin embargo, por cada 10 centavos que fortalezca el peso frente al dólar,
los ingresos petroleros se ven afectados en más de cinco mil millones de pesos. Ese monto es mayor a los 430 millones de pesos en que se reduce el costo financiero externo.