La colonia Del Mar en la delegación Tláhuac se hunde. El terremoto del 19 de septiembre pasado abrió la tierra y partió las casas. A pesar de la emergencia, a esta zona ubicada el oriente de la Ciudad de México, la ayuda apenas comenzó a llegar el lunes pasado. Eso sí, a cuenta gotas y con marcados tintes partidistas. Durante prácticamente una semana tras ocurrido el terremoto, los vecinos han vivido prácticamente aislados. Las fracturas el que movimiento abrió en las vialidades que la trazan impiden el flujo vehicular. Todo escasea, principalmente el agua, la cual llega sólo si los vecinos caminan hasta Canal de Chalco y se “apoderan” de una pipa, la cual cuesta al menos mil 500 pesos. El líquido alcanzará sólo para cubrir las necesidades básicas de 30 personas. No hay para más. El agua dejó de caer a las tomas domiciliarias desde el día del sismo, pues la violencia del movimiento no sólo abrió la tierra, sino que la fuerza también fracturó los ductos subterráneos que surtían a la colonia. Sí no alcanza para pagar la pipa o los vecinos no se ponen de acuerdo, un garrafón con 20 litros puede costar hasta 100 pesos, tres veces lo que cuesta en un supermercado. Los residentes se sienten engañados por funcionarios que sólo visitan sus calles cuando buscan su voto, y olvidados, ya que hasta el momento ningún especialista se les ha acercado para darles a conocer cuál es el estado del subsuelo en la que se asientan sus domicilios.
La mayoría de los vecinos estamos en la incertidumbre. Tenemos bastante temor, no sólo por la cuestión del sismo, pero más estamos preocupados porque no tenemos información clara de cómo está el subsuelo”, expuso Arturo García Moreno, vecino de la calle Aleta.
La única ayuda que llegó durante el fin de semana fueron voluntarios, que como en otras colonias de las delegaciones Benito Juárez y Cuauhtémoc, asumieron la responsabilidad de las necesidades vecinales.
En el caso de la colonia Del Mar, las ayuda de alimentos y víveres no es urgente: a pesar de esto, los mismos vecinos y de otras colonias se han organizado para instalar comedores populares en los que se da de comer a quien se acerque. García explicó que lo que urge es que la comunidad conozca el grado de afectación que dejó la grieta que atraviesa la colonia, principalmente por la calle Sirena, en dirección sur a norte. En un recorrido que ejecentral hizo en compañía de vecinos se constató que decenas de viviendas tuvieron hundimientos diferenciales por el rompimiento del terreno. Las casas literalmente se partieron en dos, con grietas que en algunos casos tienen separaciones de caso diez centímetros. Andar por la colonia, delimitada en su perímetro por las avenidas Piraña, Canal de Chalco, Heberto Castillo y La Turba, exige sortear zanjas de hasta un metro que surgieron a raíz del temblor. Los vecinos consideran que la falla que rompió sus calles pone en riesgo a por lo menos 10 mil personas.
El día que tembló todo comenzó a vibrar, fue como su todo estuviera saltando y entonces las calles se empezaron a romper. Se trozaron, todo está muy afectado y nadie vienen a ayudarnos”, relató otra vecina que se identificó sólo como Paola.
Un grupo de vecinos denunció que desde el martes hasta el domingo de la semana pasada, la colonia permaneció en una especie de sitio. Sin servicio de energía eléctrica, sin agua y con decenas de casas dañadas. Los vecinos que pudieron comenzaron a sacar sus pertenencias y abandonar sus casas.
Las brigadas de la Secretaría de Desarrollo Social del Gobierno de la Ciudad de México pisaron sus calles por primera ocasión el lunes pasado, y desde entonces realizan recorridos por los domicilios y reparten garrafones con agua. A la par otras cuadrillas de personal de la delegación reciben denuncias vecinales y llevn a cabo un censo, para identificar las casas con daños y marcar en sus muros el grado de riesgo de presentan.
La mayoría de las casas tienen daños, unas más que otras y estamos muy preocupados porque no hemos tenido información clara de parte de las autoridades sobre qué está pasando”, dijo Arturo García Moreno. Algunas casas ya las están demoliendo, pero basta hacer un recorrido para ver que las casas están inclinadas, están pandeadas. Hay casa que parece que sólo tienen afectaciones leves pero no sabemos realmente hasta qué punto el subsuelo está dañado”, agregó.
Explicó que el lunes pasado un grupo de geólogos acompañaron a personal de la delegación en un recorrido para obtener un dictamen sobre lo que ocurrió en la colonia y determinar el grado de riesgo. No obstante, los resultados de esos estudios no serán compartidos con los afectados. El único acercamiento que han tenido con una opinión profesional es la de los brigadistas voluntarios que acudieron a la colonia el fin de semana pasado; quienes les aseguraron que el subsuelo es inseguro y que el riesgo por las oquedades en el subsuelo hace la zona inhabitable. García Moreno explicó que la colonia históricamente ha padecido hundimientos, ya que fue asentada en terrenos de cultivo considerados inestables; sin embargo, “nada de lo que hemos visto en muchos años tiene la magnitud de esto. Toda la colonia está afectada”. Al riesgo que provoca la falla que mantienen al borde del colapso a decenas de viviendas; otra crisis se gesta al interior de la colonia Del Mar por la falta de agua. Los vecinos están desesperados por la falta de líquido y aseguran que la “crispación” social es inevitable.
A penas ha caído algo de agua, pero es caótico todo esto. Hay inseguridad, robos a comercios a la gente. No hay una sola patrulla, como las calles están hundidas no hay paso. El transporte público no llega y los oficiales de Tránsito nos dice que están ocupados”, señaló.
Como uno de los últimos recursos, los vecinos acudirán en los días siguientes a la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México para entregar un escrito, dirigido al diputado Leonel Luna, presidente de la Comisión de Gobierno, para establecer mesas de trabajo a través de las que se busquen soluciones a sus necesidades. [gallery ids="796821,796822,796823,796826,796827"]