Las opciones para compensar la no venta del avión presidencial —entre las que se encuentra la hilarante rifa—, han hecho a muchos preguntar a quién se le habrá ocurrido todo. Pues, dicen los que saben, la primera gran idea, la del arrendamiento, que es en la que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha puesto el mayor de sus empeños para darle vida útil al avión, salió de una reunión con su hoy gran amigo, Daniel Chávez, propietario del Grupo Vidanta, que tiene desarrollos turísticos espectaculares, y su hijo Iván, quienes le dijeron que si lo arrendaba, ellos lo contratarían dos meses por año. Ahora, dicen los que saben, don Andrés tiene que convencer a otros empresarios o corporaciones para que le entren a los 10 restantes.