El supremacismo blanco continúa su expansión. Los investigadores del extremismo dicen que los activistas de extrema derecha están aprovechando la oportunidad de llamar más la atención sobre las culturas que siempre han visto como una amenaza para sus odiosos intereses. Y los eventos que los extremistas han elegido como objetivo en las últimas semanas llamaron la atención negativa entre las redes en línea de extrema derecha que alimentan su activismo de odio.
“Grupos como Patriot Front y Proud Boys se han basado en la misoginia y la homofobia como el núcleo de sus marcas (...) Así que no es sorprendente verlos dar un paso al frente en el momento actual”, dijo al medio estadounidense, NPR, Devin Burghart, presidente del Instituto de Investigación y Educación sobre Derechos Humanos.
Lo que podrían parecer objetivos dispares de los supremacistas blancos y otros simpatizantes de extrema derecha, dicen los rastreadores de grupos de odio, son parte de un objetivo: desmantelar la democracia para establecer un etnoestado blanco.
Incluso en un estudio un informe publicado en febrero pasado por el Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo, en, España, destaca que “el rasgo más característico del nuevo terrorismo ultraderechista es que quienes cometen atentados son actores solitarios que no forman parte de organizaciones, pero que están muy conectados, incluso a nivel transnacional, a través de las redes”.
Según lo que retomó el medio digital Público, en 2019 se contabilizaron en España mil 706 delitos de odio, incluidos 320 de lesiones, pero afortunadamente ningún homicidio; el 35% del total tuvo una motivación ideológica y el 30% racista o xenófoba”.