En los últimos cuatro años han disminuido los matrimonios en México. Mientras en 2018 un poco más de medio millón de parejas se casaron, el año siguiente se registró una cifra casi idéntica, pero en 2020 fueron sólo 333 mil (en el 2000 fueron poco más del doble).
En tanto que el número de divorcios estaba al alza desde 1993, pero disminuyó en el 2020. Estadistas y sociólogos dicen que la pandemia ha jugado su papel, pero también las relaciones de poder, la dinámica económica y una visión más amplia de lo que significa “familia”, “matrimonio”, “pareja”, “paternidad” y “amor” de parte de hombres y mujeres.
Para ministros de culto católicos y evangélicos estos datos aportados por el Inegi y la última Encuesta Demográfica Retrospectiva (EDER) son además reflejo de una ideología que pretende “deshacer” a la familia como base de una sociedad sana y el egoísmo con que mujeres y hombres “modernos” quieren una familia, pero sin tener responsabilidades que limiten otros a cumplir “más interesantes”, indica el padre Ángel Madrid.
“Hoy muchos de mis hermanos no se casan por amor mutuo, sino por intereses particulares y para cumplirlos necesitan un socio y no a una pareja. Son ellas quienes deben jugar un doble papel, mientras que ellos se limitan a proveer… y eso hasta cierta edad, porque hay casi el 50% de hogares donde no hay papá, o es violento, o no convive con sus hijos porque tiene otra familia”, agrega el clérigo que atiende una parroquia en Tlatelolco, Ciudad de México.
Dice que para la Iglesia católica es un sacramento el matrimonio, un deber religioso, una ordenanza divina que cuando se ignora, las causas sociales serán peores a las que estamos viviendo en México.
“Vamos a caer en los extremos: o nos matamos todos, unos defendiendo y otros atacando; o el anarquismo va a reinar, cada quien haciendo lo que les venga en gana sin que la ley haga algo… porque las mismas leyes las van a hacer los que nos hacer creer que lo malo es bueno”.
La EDER refleja que casi 18 millones de hombres de entre 20 y 50 años de edad habían sido padres de al menos una niña o un niño en 2017, mientras que en 2020 un total de 21.2 millones mayores de 15 años se identificaron como papás. Aunque los padres, mientras más jóvenes son, con mayor facilidad abandonan a los hijos y a su pareja. E incluso buscan una segunda y hasta tercera oportunidad, llegando a tener hasta dos concubinas.
Hace dos años, sólo un 6% de los encuestados dice estar viudo, separado o divorciado y menos del 1% declararon ser “padres solteros”, frente a un 7% de quienes se asumen como “madres solteras”. Los datos actuales del Inegi revelan que en cuatro de cada 10 viviendas no habita el padre de familia (11.4 millones de hogares).
El pastor Martín Murillo de la Iglesia Bautista, egresado del Centro de Estudios Demográficos Urbanos y Ambientales de El Colegio de México, sostiene que varios de sus colegas se preocupan por el aumento de divorcios y la falta de uniones religiosas —sobre todo por la pandemia— y es que “a ellos eso les representan ingresos económicos. Sin embargo, poco hablan de los divorcios (virtuales y efectivos) en sus congregaciones, que también se han estado dando con más frecuencia en la última década”, manifestó el académico.
Dice que hay menor número de matrimonios, pero los que se forman lo hacen con mayor solidez. “La educación de padres y abuelos también cuenta, tanto como la posición económica e influye el aspecto religioso. Al parecer entienden el rol que juega el papel del varón y lo practican porque saben que dará un buen resultado”, concluye.
PALABRA DE HONOR: La 7ª Semana Internacional de Cultura Laica que organiza la “Cátedra Benito Juárez” se llevará a cabo del 26 al 29 de septiembre en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, informan los responsables del evento María Molina Fuentes y Roberto Blancarte, expertos en sociología de la religión.