Vivimos un frágil estado de derecho: Amnistía Internacional

20 de Abril de 2024

Vivimos un frágil estado de derecho: Amnistía Internacional

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Es imposible que exista una sociedad democrática con posiciones maniqueas, deben prevalecer los contrapesos, la crítica y las opiniones divergentes, advierte el organismo

Son muchos los frentes abiertos que hacen frágil el Estado de Derecho en México: contrapesos débiles; poca claridad sobre los recursos para proteger a personas defensoras de derechos humanos y periodistas; ausencia de un rediseño institucional que garantice el fortalecimiento de los cuerpos policiales, el acceso efectivo a la seguridad y la justicia; así como deficiencias para acceder a los servicios de salud bajo una situación crítica por la pandemia de Covid-19.

Pero una de las preocupaciones de Amnistía Internacional (AI) México ante esta fragilidad del Estado de Derecho es la insistencia del presidente Andrés Manuel López Obrador por radicalizar el discurso. El sábado pasado durante un evento en la refinería de Minatitlán, Veracruz, el presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo que “se está con la transformación o se está en contra”.

Ese tipo de discurso binario de “estás conmigo o contra mí”, sostuvo Tania Reneaum Panszi —directora ejecutiva de AI México— no es oportuno y se ve mermado el espacio crítico.

“No puede haber en una sociedad democrática tal cosa como pensamiento binario. O me gusta la transformación, y si no me gusta, me desagrada toda. En una lógica democrática y de contrapesos la crítica, las voces que hacen valoraciones diferentes a quien ostenta el poder tienen que ser bien recibidas”, aseveró en entrevista con ejecentral Reneaum Panszi.

Sobre las recientes escenas de manifestaciones, algunas de ellas violentas; así como la represión y abuso policial que han tenido lugar en Jalisco y la Ciudad de México, la activista instó a rediseñar el modelo policial, para contar con instituciones enfocadas en prevenir y no sólo sancionar. Se trata, explicó, de “un patrón en la actuación de las policías que pueden detener, pueden desaparecer de manera forzada a las personas, hacer uso de la fuerza pública, porque es una práctica que pocas veces tiene consecuencias”.

Carentes de evaluación, con filtros de confianza fracturados, sin una apuesta presupuestal para fortalecerlos, los cuerpos policiales deben ser instituciones más ciudadanas, “que tengan mejores condiciones de trabajo, relaciones laborales claras con el empleador, un salario digno, herramientas de trabajo. No podemos pensar en una policía novedosa sólo a golpe de castigo o a golpe de protocolo. Eso no va a suceder”, advirtió.

Contradicciones

Tania Reneaum señaló que otras de las preocupaciones del organismo es la falta de claridad por parte de las autoridades en el manejo de los recursos para la protección de los derechos humanos, porque es uno de los síntomas que evidencian la falta por entender la complejidad que implica su protección.

“Vemos, por un lado, una disposición política para poder defender los derechos humanos, pero por el otro lado no tenemos el dinero para hacerlo. Nos pone en una situación delicada como país, en un momento complejo donde la pandemia viene a demostrarnos lo que las organizaciones de derechos humanos hemos dicho por décadas: que la desigualdad viola derechos humanos, que la interacción que los ciudadanos tenemos con los servidores públicos, con las enfermedades, con el acceso a la salud, a la justicia, es totalmente diferente dependiendo del estrato social, de la etnia, de la clase y del género”, subrayó Reneaum Panszi.

Al respecto, alertó, “está la discusión en la Cámara de Diputados sobre si se recorta dinero a este fideicomiso en un país donde se matan a personas por defender los derechos humanos. Qué cosa más contradictoria, donde un país señalado por diferentes organizaciones internacionales como un sitio peligroso para la defensa de los derechos humanos, y está en proceso el discutirse si se tiene que recortar el dinero”.

Enfatizó: “No basta repartir dinero a las personas más pobres y hacer programas sociales si no hay un rediseño institucional en otros temas como el aspecto policial, acceso a la justicia para personas pobres, las mujeres, las personas indígenas”.

El síntoma de la violencia

Para Tania Reneaum son varias y muy diversas las prioridades que deben ser atendidas para garantizar una verdadera protección de los derechos fundamentales en el país.

Pero en materia de acceso a la justicia es primordial, añadió, la necesidad de pensar en un rediseño de la Guardia Nacional, para no tener al Ejército en las calles haciendo tareas de seguridad pública.

El decreto presidencial del 11 de mayo, que da cuerpo al artículo quinto transitorio de la iniciativa que crea a la Guardia Nacional, “instruyó a las Fuerzas Armadas para que hagan trabajos de primeros respondientes y de prevención del delito, cuando no están entrenadas para este tipo de trabajos (…) Esa instrucción viola la última sentencia de la Corte Interamericana que responsabiliza a México de desaparición forzada. La sentencia de 2018 de Nitza Paola Alvarado contra México, es una sentencia que claramente pone el ojo en la desaparición forzada, y establece criterios para que las Fuerzas Armadas puedan estar en la calle, y uno de esos criterios es la excepcionalidad”.

›Otro de los temas sustanciales es el acceso a la justicia, especialmente a la que tiene que ver con la violencia en contra de las mujeres, resaltó Reneaum Panszi, porque fue el presidente Andrés Manuel López Obrador quien, “utilizando el micrófono más grande en este país, el más importante y simbólico” y señaló que durante la pandemia no ha aumentado la violencia en contra de las mujeres.

“Las cifras del 911 nos muestran claramente que tan sólo en abril aumentaron el 23% de llamadas telefónicas por violencia, y las cifras de mayo del Secretario Ejecutivo nos muestran como aumentó el homicidio doloso en contra de la mujeres. No se puede decir tan a ligera que las violencias contra las mujeres no aumentan o hay falsas llamadas. Son temas de especial preocupación”, detalló.

Si bien, señaló Tania Reneaum, no podría considerarse que el que haya violaciones a derechos humanos implique que no haya Estado de derecho, reconoció que vivimos una fragilidad de este aspecto, que “se tienen que fortalecer los contrapesos, y me refiero al rol del Congreso de la Unión. ¿Dónde está la oposición cuando les necesitamos? ¿Dónde están las valoraciones críticas? Creo que esto tiene que hacer valer la importancia del fortalecimiento de los cuerpos policiales, la importancia del fortalecimiento del acceso a la justicia y de revertir la desigualdad en este país”, sostuvo.

Nos pone en una situación delicada como país, en un momento complejo en el que la pandemia viene a demostrarnos lo que las organizaciones de derechos humanos hemos dicho por décadas: que la desigualdad viola derechos humanos, que la interacción de los ciudadanos con los servidores públicos, con las enfermedades, con el acceso a la salud, a la justicia, es diferente dependiendo del estrato social, la etnia, la clase y el género.