Zona Cero | Salón Los Ángeles lanza grito de ayuda

24 de Abril de 2024

Zona Cero | Salón Los Ángeles lanza grito de ayuda

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Considerado como el
único lugar de abolengo que queda vivo en el país, el
recinto pide donaciones
para sobrevivir a la pandemia del coronavirus

Allí bailaron Cantinflas y Diego Rivera, brindaron Trotsky y grandes literatos, y la guerrilla zapatista discutió su desarme. Pese a ese abolengo, el salón Los Ángeles, de la Ciudad de México, podría silenciarse para siempre por la pandemia de Covid-19.

A punto de cumplir 83 años, este icónico lugar de la colonia Guerrero apagó sus avisos de neón el 22 de marzo y no tiene fecha de reapertura.

Ante la inminente bancarrota, su dueño lanzó una campaña de donaciones que promete compensar con diplomas, boletos y una placa conmemorativa a los benefactores.

“Ya empezábamos a pasar por una situación económica difícil, pero la pandemia vino a detonar el hecho de no poder continuar por estar cerrados”, dijo Miguel Nieto, cuyo abuelo fundó este salón de baile.

A cargo del negocio desde hace 48 años, Nieto tiene 25 empleados, aunque para eventos especiales contrata hasta un centenar.

El futuro del salón luce complicado, pues buena parte de sus clientes son adultos mayores —los más vulnerables ante la Covid-19— que suelen ir a bailar mambo, danzón y chachachá.

La situación de otras salas y centros nocturnos de la capital es crítica. Al menos dos mil 600 están cerradas y se espera puedan abrir en octubre, poniendo en riesgo unos 380 mil empleos directos e indirectos, según la gremial Anidice.

De paredes rojas y fucsia, este rincón bohemio guarda parte de la historia del país e innumerables anécdotas, al punto que su lema reza: “Quien no conoce el salón Los Ángeles, no conoce México”.

En la enorme pista de madera mostraron sus mejores pasos los comediantes Cantinflas y Tin Tan, y el muralista Diego Rivera, esposo de Frida Kahlo, cuenta orgulloso Nieto.

También pasó por allí el líder ruso León Trotsky, y en 1998 Carlos Fuentes celebró los 40 años de su novela “La región más transparente” con los premios nobel Gabriel García Márquez y José Saramago.

“¡Han pasado tantas cosas en tantos años, que esa sólo es la parte histórica! Lo que sucede cotidianamente es mucho más importante porque es un motor económico para el barrio, una forma de entender el mundo y de promover identidad nacional”, suspira Nieto.