El presidente Andrés Manuel López Obrador volvió a recurrir al azar como estrategia voluntarista. En Oaxaca apostó a que en septiembre sería aprobado el Acuerdo Comercial entre Estados Unidos, México y Canadá. Se oyó interesante, pero dicen los que saben que la apuesta debía ser exactamente la contraria. Lo que escuchan en Washington es que ese acuerdo no transitará por el Capitolio por algún tiempo, y si alguien espera que al regresar del receso, los demócratas estén listos para regalarle el dulce al presidente Donald Trump en el arranque de su campaña electoral, a lo mejor, o conoce Estados Unidos como en Washington no lo conocen o se pasó de lengua.