“1 de cada 3 mujeres y niñas experimenta violencia a lo largo de su vida”, rezaba el cartel de la Organización de las Naciones Unidas. Perteneciendo a una familia de 3 hermanas, pensé que, según esta estadística, una de las tres podría ser víctima de violencia en algún momento. Mi hija, las mujeres de mi familia, cualquiera estaba expuesta a esta amenaza. Terrible cosa. La violencia de género no respeta edad, ni condición social, ni país, ni religión.
Esta semana, el 25 de noviembre, se celebra el Día Mundial de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En esta frase me saltan tres palabras que, como chispazos ante mis ojos, los llenan de esperanza: Eliminación-Violencia-Mujer. ¡Vaya trío!. Las mujeres tenemos derecho a vivir libres de violencia, libres de matrimonios infantiles, de abuso sexual, físico y emocional, de explotación, libres de daños físicos y psicológicos generados por cualquier tipo de violencia y esto sólo es posible si eliminamos efectivamente el origen de tanto daño.
Para desterrar la violencia es necesario crear consciencia, educar, ser buen ejemplo, usar herramientas emocionales sanas, generar cambios profundos en las siguientes generaciones. Para ello hacen falta fondos, campañas, divulgación, programas e instituciones que apoyen en la concientización al máximo de personas en el mundo entero. Pero también nos toca a todos, desde nuestras casas, educar en el amor, la empatía y el respeto.
Muchas mujeres que sufren violencia no están conscientes de ello, no saben que el maltrato del que son objeto viola sus derechos humanos, crecen en hogares disfuncionales donde no hay los principios y valores necesarios, y replican por generaciones la misma situación con sus parejas. Sufren, sin duda, pero lo consideran parte de su destino. Tristísima frase la famosa “¡pégame pero no me dejes!”.
Educar niñas que sepan que son seres humanos valiosos, dignas de ser amadas, respetadas y con futuros potenciales al alcance de sus más grandes sueños, es tarea de cada papá, mamá, maestro(a), abuelo(a), de cada persona cercana. Es imprescindible la cohesión y el cuidado, así como la educación de niños, jóvenes y hombres. Crear una nueva sociedad, más consciente y respetuosa, más digna y equitativa, ese es el reto.
El Día Mundial de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, fue declarado por la ONU en 1999. Esta fecha conmemora el terrible triple asesinato ocurrido el 25 de noviembre de 1960, de las tres hermanas Mirabal, activistas políticas de la República Dominicana, cuya muerte fue ordenada por el gobernante Rafael Trujillo.
Es muy importante sensibilizarnos para poder lograr que los derechos de las mujeres no sean vulnerados, que las niñas no padezcan ni aprendan a vivir en la violencia, pero sobre todo, que cada mujer y niña pueda vivir sin discriminación, amenazas, miedo o maltrato. Depende de cada uno de nosotros.
Del 25 de noviembre al 10 de diciembre se realizan 16 días de activismo contra la violencia de género, y son una oportunidad importante para movilizarse y crear consciencia. Diferentes instituciones y organizaciones no gubernamentales lanzan programas y hacen divulgación en la mayoría de los sectores de la población, con el objetivo de llegar a todas las personas posibles para alertar y apoyar a las mujeres en situaciones de riesgo o vulnerables. Enseñemos a nuestras hijas a ser autosuficientes, a depender de sus dones, talentos y habilidades, porque la libertad financiera da libertad emocional y desde ese lugar, creamos mujeres más fuertes con relaciones más sanas donde pueden estar por gusto y no por necesidad.
@didiloyola