Que no muera la fe

7 de Mayo de 2024

Diana Loyola

Que no muera la fe

DIANA LOYOLA

Son tiempos turbulentos. El ánimo colectivo en México es una mezcla de descontentos y enojos.

El alza en el precio de la gasolina y todos los aumentos en los costos que esto va a generar, la cínica corrupción y gula de la clase política mexicana, la cuesta de enero, Donald Trump a días de tomar el cargo de presidente en los Estados Unidos… en fin, razones para andar desanimados y abandonarse a la preocupación, sobran. Sin embargo, mi naturaleza rebelde me hace buscar –y encontrar- motivos para no perder mi conexión con el impulso vital, ese que me empuja a creer y a crear, a seguir teniendo fe a pesar de todo. Les comparto algunos de mis hallazgos, con la intención de invitarlos a hacer su propio recuento de cosas que les alegren.

La generosidad como acto gratuito

En la empresa donde trabaja mi hermana hay una chica que convocó a juntar las tapas plásticas de todos los productos que consumieran los empleados, ofreciéndose a llevarlas ella misma al Banco de Tapitas, una asociación civil que genera recursos económicos destinados a apoyar tratamientos de niños con diagnóstico de cáncer. La respuesta de la gente fue maravillosa. Mi hermana pidió a la maestra de su hija que por favor le guardara las tapas de lo que usara y, en un par de semanas, la maestra le entregó dos grandes bolsas desbordantes de tapitas. “Puse a mis sobrinos a juntarlas”, le dijo con una sonrisa orgullosa. Toda la familia nos unimos a la causa, y las familias de muchos de los empleados, logrando en poco tiempo una recolección que impresionaría a cualquiera. Los esfuerzos de todos para una causa noble sin esperar nada.

La solidaridad y la compasión

El 20 de diciembre del año pasado, tras la explosión del mercado de pirotecnia de San Pablito, en Tultepec, Estado de México, vi la conmovedora publicación de un usuario de Twitter. Ofrecía alojamiento y cobijo “en su humilde casa” a familiares de lesionados que no tuviesen dónde pasar la noche. Empático y compasivo, este hombre demostró una inmensa capacidad solidaria.

Valores y responsabilidad personal

El emotivo último discurso del presidente Obama, pletórico de una política honesta, sensible y elegante, que puso de manifiesto que aún existen hombres que inspiran, que motivan, que hacen sentir orgullo y admiración en la gente. Los temas fundamentales como el respeto a las diferencias, la invitación a crear leyes contra la discriminación que logren cambiar los corazones, la fuerza poderosa de creer en la habilidad de cada persona para lograr un cambio, hacer en pro de lo que creemos, el buscar el contacto humano y respetuoso más allá de internet, la humildad de servir por sobre el ego del poder… un discurso que refuerza mi fe en el género humano, que exalta los valores del ciudadano y le confiere un grado de igualdad en la mejor de sus versiones, sintiendo orgullo al poder llamarse así. La responsabilidad de crear una realidad más justa está en las manos de todos. Este año empezó con no buenos augurios, en cada uno reside la capacidad de hacer que este 2017 valga la alegría, que valga el esfuerzo. Que valga. Las expectativas colectivas son fatalistas y desalentadoras, pero decidí no subirme a ese tren; puede sonar a cliché, pero para mí es una verdad absoluta: las posibilidades son infinitas.

Yo elijo trabajar para estar bien, hacer en pro de lo que creo, mirar la generosidad, la solidaridad y los valores que nos conforman como ciudadanos, como personas, como mexicanos. ¿Se suman?

Estudié gastronomía y joyería, por lo que deduje que lo mío eran los laboratorios donde las materias primas se transforman en experiencias.

@didiloyola

Te Recomendamos: