Confirmando la presidencia Trump

12 de Mayo de 2024

Confirmando la presidencia Trump

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Poco pueden hacer demócratas para evitar la ratificación de nominados de Trump a su equipo

portada_confirmando_trump Los demócratas pueden jugar con tecnicismos para retrasar las nominaciones al gabinete.

Juan Pablo de Leo

Chuck Schumer, el líder de la minoría demócrata en el Senado, fastidió elegantemente a los republicanos reenviando el documento que los mismos republicanos presentaron hace ocho años para confirmar a los candidatos al gabinete que el entonces presidente electo Barack Obama había propuesto. Tachó la fecha, cambió el destinatario y envío a los republicanos la misiva en la que Mitch McConell hacía una larga lista de peticiones para proceder con las confirmaciones.

La importancia de los diferentes comités del Senado estadunidense encargados de profundizar en el conocimiento e ideología de los candidatos a ocupar los altos puestos del gobierno más importante del mundo, es bien entendida y tomada con seriedad por la oposición en turno. Si logran o no la confirmación es un tema. Otro es que puedan salir bien librados y sin raspones de un pasado político-empresarial que será indagado a profundidad y expuesto ante legisladores y audiencia en general.

Sin mucho que hacer, los demócratas pretenden cargarles 30 horas de comparecencia a cada uno de los candidatos. Extenderlas por tres semanas a partir de ahora, evitando así cualquier otro tipo de acción por parte de los republicanos en ese tiempo.

A los presidentes se les concede la gracia de nombrar a su primer gabinete. Son contadas las ocasiones en las que el Senado rechaza a los nominados. Se entiende que con el triunfo viene la facultad de elegir a los encargados de manejar los puestos de mayor relevancia. La oposición, expone y retrasa, pero por lo general no bloquea nominaciones directas a gabinete. Pero como todo lo que rodea a Donald Trump, esta vez es diferente, y la particularidad de su presidencia, así como de su gabinete, no será tomado a la ligera por los demócratas, quienes aunque se encuentran con poder limitado y pocas opciones, están dispuestos a dar la batalla. No es bloquear. Pero sí, asesorados y liderados por el pronto expresidente Obama, dificultar en muchos sentidos la agenda legislativa y presidencial. Han logrado el retraso de cuatro miembros nominados al gabinete.

›La táctica parlamentaria de Schumer denota parte de la estrategia frente a la presidencia republicana que tendrá control absoluto del Senado y la Cámara de Representantes.

Poco pueden hacer los demócratas para evitar la confirmación de los nominados por Trump. Lo que sí pueden es jugar con los tecnicismos para retrasar el mayor tiempo posible las nominaciones en lo que es de por sí un gabinete polémico, con poca experiencia en gobierno y con más dudas que certidumbres en cuanto a su acercamiento con las instituciones estadunidenses.

Jeff Sessions, el primero en la lista para iniciar con las comparecencias ante los comités del Senado, y con una de las asignaturas de mayor relevancia que puede tener el gobierno como lo es la Procuraduría de Justicia, habló ante sus colegas senadores durante horas en temas tan variados como las leyes antinmigrantes en algunos estados, la decisión de la Suprema Corte de Justicia de Roe v. Wade en la que el aborto podría ser revertido y su eventual aplicación de la ley en ese sentido. Sessions representa el mejor ejemplo de lo implica el gabinete Trump. Acusado de racismo, su récord como defensor de los derechos de minorías queda corto y fue expuesto en ese sentido por el senador demócrata por Minesota, Al Franken.

Que las secretarías más importantes queden en manos de personas con un pasado controvertido y lleno de dudas, y nada vayan a poder hacer los 48 senadores demócratas, es la frustrante realidad para ellos, pero sirve como buen ejercicio para velar armas y probar tácticas. Jeff Sessions será el encargado de aplicar la ley, pero no puede politizar sus decisiones y debe actuar bajo la mayor de las independencias. Alguien que exagere la realidad en su currículum como Franken dio a conocer respecto a Sessions, es el tipo de duda que comenzarán a sembrar los demócratas en los diferentes nominados. Sin minar credibilidad, empujar a los candidatos en sus posiciones de tal forma que se comprometan y puedan ser llamados a cuentas más adelante. La ayuda y confianza que Sessions le brindó desde el inicio a Trump le redituó en la Procuraduría.

EL DATO | Ni la indignación de la prensa, los demócratas y la sociedad ha logrado desviar las intenciones de Trump por integrar a parte de su familia dentro de su gabinete.

Los senadores de oposición preparan su enfoque para jugarse el capital político en los cuatro personajes que consideran son los que más desconfianza e incertidumbre provocan: Sessions a Justicia, Rex Tillerson a la Secretaría de Estado, Stephen Mnuchen a la de Tesoro y Tom Price a Salud. Otros como Elaine Chao tendrán días de campo, aunque son los menos, provocan un consenso entre demócratas y republicanos. Los demás tendrán largas y difíciles horas entendiendo que es la única forma que tienen los demócratas para pesar en la nominación del gabinete.

Empresarios, militares y solo algunos políticos de carrera estarán en el banquillo intentando defender los comentarios y acciones de Donald Trump como empresario, candidato y ahora presidente; es quizá el aspecto de mayor dificultad para éstos. Para Sessions, ¿cómo defiende la acusación de fraude electoral de tres millones de votos al que Donald Trump alude? O para Tillerson ¿cómo defiende su posición en cuanto a Rusia? Hay republicanos como Marco Rubio y John McCain que no están del todo con la ola Trump y Rusia.

Es poco probable, pero si los demócratas convencen y voltean a dos o tres republicanos en su voto, pueden comprometer seriamente la nominación de personajes como Tillerson, cuyas ligas personales a Vladimir Putin resultan preocupantes para gran parte de la clase política republicana, y lograr con eso desviar el proyecto de Donald Trump desde un inicio. Pareciera que, por el momento, tanto Mitch McConell en el Senado como Paul Ryan en el Congreso, tienen el control del partido y el compromiso de trabajar en conjunto con la nueva administración de la Casa Blanca. Sin el apoyo de algunos republicanos no hay esperanza de algún bloqueo demócrata y Rusia parecería ser el único tema en el que Obama y el Capitolio estuvieron de acuerdo durante ocho años de diferentes puntos de vista en política exterior.

La falta de experiencia en actos como las comparecencias puede jugar en contra, pero al final Trump se saldrá con la suya y el 20 de enero tendrá su gabinete confirmado mayoritariamente. Aunque el proceso de investigación a los nominados aún no termina, los republicanos tuvieron la habilidad legislativa para adelantar las audiencias. Los demócratas se quejan, pero como ha ocurrido en los últimos años, poco han podido hacer al respecto. Los recientes nombramientos que no requieren de confirmación en el Senado como el de Jared Kushner, yerno de Trump, como Asesor de la Casa Blanca y otros dentro de la familia representan un riesgo de conflicto de interés y nepotismo con el que nada se podrá hacer.

La preparación y profundo conocimiento de los temas con el que llegan cada uno de los miembros de los comités a interrogar a los nominados contrasta con el poco trabajo y baja calidad legislativa de las comparecencias y confirmaciones en el Senado Mexicano. Independiente a los resultados de cada uno de los destinados a integrar el gabinete Trump, presenciar la transmisión del intercambio legislativo es un evento que no debe ser obviado. El baile político ante las cámaras de la prensa es una tradición que se sigue con respeto y disciplina. Ahora el show de Trump que se ha estacionado en el Senado amenaza con irrumpir en esa costumbre, y para los demócratas es la primera real prueba de fuego de lo que serán cuatro años de cruentas batallas.

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