¿México está listo?

25 de Abril de 2024

J. S Zolliker
J. S Zolliker

¿México está listo?

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Es por actos y no por ideas, que las personas viven Anatole France Me dicen que México no está preparado para ser gobernado por una mujer. Como hombre que soy, doctor en historia y académico de la trayectoria femenina en el mundo, no entiendo por qué lo dicen. Parafraseando a Golda Meir (primera mujer en ser Primer Ministro de Israel), puedo asegurar que si las mujeres no son mejores que los hombres, ciertamente, no son peores. De la ciencia a la televisión, pasando por la política, las aportaciones de las mujeres han sido indispensables para el progreso del género humano. De Marie Curie a Indira Gandhi, muchas mujeres han cambiado al mundo y transformaron sus entornos. En menos de dos mil años, tenemos varios ejemplos que es importante mencionar, como el de la emperatriz Suiko, de Japón, quien fue la primera mujer en ocupar el cargo, entre otras cosas, promulgó el edicto de los tesoros japoneses y adoptó una constitución conocida como de “Diecisiete artículos”. El muy evolucionado Japón ha tenido en su haber varias jefas de Estado después de ella, como las emperatrices Saimei, Jito, Meisho, y Go-Sakuramachi. China tuvo por su parte a su emperatriz Wu Zetian, quien incluso inició su propia dinastía y gobernó por más de catorce años. Entre sus logros hay varios, pero quizás el más importante, fue el triunfo militar con el que doblegó a los mongoles que querían hacerse de su territorio. Y en Europa, las mujeres han gobernado desde hace mucho tiempo (más de un siglo antes del descubrimiento de América) y también, algunas de ellas han conseguido cambios y mejorías extraordinarias. Dentro de las más notables, están Jelena de Croacia, Isabel de Castilla, la reina Isabel I de Inglaterra, la reina Ana Estuardo y la reina Victoria de Reino Unido, por mencionar únicamente a unas cuantas. Por ejemplo, Isabel I, apodada La Católica, reina de Castilla, logró la liberación del mando musulmán del reino nazarí o el Emirato de Granada (cosa que ningún monarca español había logrado en más de dos siglos), reorganizó el sistema de gobierno y la administración, reformó el sistema de seguridad ciudadana, realizó una brillante reforma económica para reducir la deuda que había heredado, y hasta patrocinó a Cristóbal Colón. A ella se debe que España se convirtiese en un imperio. Y habría mucho que contar sobre Ana de Gran Bretaña y de la reina Victoria, pues gracias a ella Inglaterra se convirtió en el más grande imperio de la época moderna. Nombres y muestras me sobran y espacio me falta, pero para mencionar unas tantas más: Vigdís Finnbogadóttir (Islandia) y Agatha Barbara (República de Malta). A esta lista se suma Elizabeth Kopp, Micheline Calmy-Rey, Doris Leuthard, Eveline Widmer-Schlumpf, Simonetta Sommaruga, todas de Suiza. También Corazón Aquino (Filipinas), Violeta Chamorro (Nicaragua), Mary Robinson y Mary McAleese (Irlanda), Michelle Bachelet (Chile), Margaret Thatcher (Reino Unido), Aung San Suu Kyi (Myanmar) y Ángela Merkel (Alemania); todas han cambiado al mundo y lo han hecho un mejor sitio para el resto de nosotros. Parafraseando a Eleanor Roosevelt, las grandes mentes discuten ideas; las promedio, eventos, y las pequeñas, sobre la gente. No discutamos sobre el género. México está listo para debatir ideas.