Manuel salió muy descompuesto de la cafetería de Legaria, donde lo citaron para el pago de la extorsión. Dos funcionarios de traje café que despedían un agrio olor a sudor y desodorante, lo citaron para cobrarle la cuota por la remodelación de un departamento.
El arquitecto les dio 70 mil pesos en efectivo, se tragó el coraje. Terminó de pagar la cuenta del desayuno y dos cocas que bebieron los funcionarios corruptos antes de recibir la mochada.
Manuel abrió su despacho de arquitectura hace 12 años y me asegura que nunca ha logrado liberarse de la corrupción de municipios y delegaciones. “Nadie quiere pagar, pero te acorralan, siempre lo hacen”, me dijo con amarga desesperanza.
“Cumplir los trámites es complicado, pero siempre te pedirán dinero, siempre, lo que sea. Si es remodelación entre 50 y 100 mil pesos. Para una casa entre 200 o 250 mil pesos y si es un edificio se dejan ir con millón de pesos o más. Después regresan cada mes por su mochada extra por cualquier motivo. Sólo hoy, en las delegaciones y en cualquier municipio, seguro levantaron millones de pesos”, el constructor se desahogó sin pausa.
Manuel recuerda su primer trabajo como constructor. Me contó que para trabajar tuvo que pagar y colocar una cocina nueva en la casa del funcionario que le liberó el permiso.
“Está muy cabrón, parece que nunca se acabará. La corrupción no es cultural, es una chingadera”, me dijo.
En efecto, esta “chingadera” empujó al país 28 posiciones cuesta abajo en el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional. México sigue atorado en el último lugar de la OCDE y quedó absolutamente lejos de los países más honestos como Dinamarca, que alcanzó 90 puntos en una escala donde 100 es el mejor evaluado y cero el peor.
México está en los sótanos de la corrupción con solo 30 puntos. Se fue al lugar 123 de 176 países evaluados.
Manuel insiste en que las reformas y discursos anticorrupción son una mentada de madre para miles de millones de mexicanos.
Pero, ¿cuanto cuesta la corrupción?
Varias organizaciones la calculan en 347 mil millones de pesos al año.
Según el Inegi, la corrupción va en aumento y la entidad más cochina es el Estado de México con 62 mil 160 actos de corrupción por cada 100 mil habitantes. A reserva de nuevos informes, ahora están rebozadas las cloacas de corrupción en Veracruz, Nuevo León, Sonora, Chihuahua y Quintana Roo.
Las denuncias difícilmente bajarán a lo mas profundo de la corrupción en dos mil 440 municipios del país.
De Veracruz, el más revuelto de los casos, solo se tiene un gobernador prófugo. La sucia estela de 21 empresas fantasma, maletas con millones de pesos en efectivo y documentos en aeropuertos que no se investigaron y 35 mil millones de pesos que se esfumaron.
Paradójicamente, antes del escándalo y la fuga del gobernador priista, Veracruz aparecía como una de las entidades con menos víctimas de corrupción. Solo seis mil 952 por cada 100 mil habitantes.
Hoy, sin embargo, la lista de funcionarios rumbo al penal de Pacho Viejo aumenta.
Los están investigando por llevarse el dinero público.
Como el Capitán Tormenta, el exsecretario de Seguridad Pública de Veracruz que deberá explicar como acumuló una riqueza de 86 millones de pesos con su chamba, al lado de Javier Duarte.
En la ruta del dinero perdido pidieron el desafuero del diputado federal del PRI, Tarek Abdalá. El extesorero de Javier Duarte podría ser investigado para saber donde quedaron 23 mil 150 millones de pesos. Nada más.
Manolo, el arquitecto, respira hondo secándose las manos sudorosas en el pantalón.
Para seguir la conversación, me dijo:
“Pero no sólo eso, todavía tengo que pagarles a los del sindicato”.
@Javier_Alatorre
Conductor del noticiario estelar de Televisión Azteca.