Evitar el mal mayor

12 de Mayo de 2024

Ricardo Eguia

Evitar el mal mayor

ricardo eguia

Falso dilema ¿libertad o seguridad? Algunos se imaginan que la seguridad “interior” con el Ejército suplantando a las policías vale más que las ataduras, los excesos y los grilletes que todo militarismo trae consigo. Mientras que el pueblo mexicano intenta a través de organizaciones de la sociedad civil domesticar el caos vivo el miércoles pasado el país volvió a escuchar con estupor al titular de la Defensa Nacional y al Secretario de Marina exigir al Poder Legislativo la misma agenda radical con el manoseado proyecto de la “Ley de Seguridad Interior” de clara deriva autoritaria y sin razones puntuales después de diez años de hacer lo mismo sin resultados positivos para la población mayoritaria que se debate en el erial de un país devastado por la criminalidad multiplicada y la violencia desbordada por los absurdos de la barbarie trágicamente recrudecida. La turbulencia ha sido acelerada por la fallida y cruenta “guerra” impuesta por el Calderonato y continuada inercialmente hasta la fecha, violando con engañosa manipulación los artículos 21, 29 y 129 de la Constitución haciendo de México el paraíso de la muerte, las desapariciones forzadas y las fosas clandestinas sin investigar, sin castigo y que evidentemente no tienen solución militar toda vez que las fuerzas armadas son reactivas, no preventivas y esa labor corresponde a las policías civiles cuya capacitación y fortalecimiento ha sido proditoriamente eludida de manera inexplicable si el gasto en seguridad se ha duplicado y hasta triplicado: Solo en el 2016 fue de $277,000 millones de pesos. Si se analiza el texto del proyecto de “Ley de Seguridad Interior” encontramos que no se señalan tiempos, metas, ni objetivos para extender ad-infinitum la militarización del país...no se cambian los supuestos sobre los cuales se ha estado realizando por más de 10 años los mismos operativos para descabezar y con ello multiplicar los cárteles de la delincuencia organizada y obvio sin mitigar, mucho menos eliminar los factores que de fondo detonan y exacerban la violencia. ¡Al fragor de esa “guerra” fracasada emerge una numeralia atroz: En 2010, 25,757 muertes; en 2011, 27,213; en 2012 25,967; en 2013, 27,312; en 2014, 20,010; en 2015, 20,762; en 2016, 23,953 y de mal en peor con el claro ascenso en el número de homicidios dolosos sin investigar y en este 2017 un ominoso acumulado de 12,155 muertes solo en el primer semestre! Cifras lúgubres, trágicas que implican para México fatal anarquía ,atraso, agobio para una población empobrecida, espiada y vapuleada con esos rupestres operativos castrenses que van de ningún lado a ninguna parte pero al gusto de la narcopolítica que se aprovecha de esa vorágine turbulenta para seguir saqueando al país y de paso hacerle el trabajo sucio a los EUA bastión mundial del consumo de drogas ilícitas y que en esa tétrica ecuación solo aporta más millones de adictos, mayor demanda de estupefacientes y el negocio sucio de fábula derivado del lavado de millones de dólares desde los nidos del cinismo y con chantaje descarado al débil gobierno mexicano sumiso irredento. Lo anterior hace más que evidente que el país no necesita más militarización y dos fueros (civil y militar)redundantes, embrollados para intercambiar culpas que confunden y dejan a la población inerme y en total estado de indefensión. A mayor abundamiento la militarización para ejercer labores de policías en las calles no procede bajo las siguientes premisas: Los derechos humanos y las garantías individuales de la mayoría de la población son innegociables...el Estado mexicano tiene como obligaciones indeclinables y primigenias salvaguardar la vida, la integridad, la libertad, el patrimonio, el derecho al libre tránsito, así como salvaguardar los principios de presunción de inocencia, debido proceso legal y proporcionalidad en el uso de la fuerza que impida la sangrienta acumulación de “daños colaterales” totalmente reprobables... Las fuerzas armadas no están capacitadas para realizar labores policiacas ni de Ministerio Público y así lo han entendido y aceptado abiertamente sus mandos superiores... El marco legal de las fuerzas armadas ya existe y muy claramente definido en el artículo 129 constitucional. A contracorriente de los países civilizados y con mayor grado de desarrollo, el gobierno mexicano le apuesta inconstitucionalmente a militarizar la obligación de prevenir, investigar y procurar la sanción de los delitos por personal civil como lo prescribe el artículo 21 constitucional y con ello incumplir con el imperativo de profesionalizar, capacitar, fiscalizar las fuerzas civiles de seguridad pública para usar el derecho antes que la fuerza letal de las fuerzas armadas. Las mejores experiencias mundiales exitosas (lo aconseja además la ONU) se basan en la descentralización y la desmilitarización de las policías en lo que coincide el “Derecho de acción CIDE” que también nos alerta de la errónea interpretación por el Estado del artículo 29 constitucional sin haber agotado los medios antes de declarar el “estado de excepción” que aunado a la militarización sin contrapesos significa la ruptura del orden jurídico, quebrantar la Constitución y la imposición de facto del “estado de sitio” con encubiertos apetitos dictatoriales y/o represivos. ¡Anormalidad inaceptable se legisle a capricho para mantener a las fuerzas armadas en las calles lo cual implica elestado de excepción permanente! No a la militarización permanente de la seguridad pública que debe ser a cargo de policías civiles (art.21 Const.) capacitadas, para que con respeto al debido proceso hagan viable el nuevo sistema de Justicia penal. La militarización sin plazo de término es solo el reforzamiento del autoritarismo escatológico y la entronización de la barbarie contra la población mayoritaria ajena a la criminalidad utilizada como pretexto y propensión temeraria del Estado mexicano para limitar las libertades individuales. “Los que cambian su libertad por su seguridad (lo decía Benjamín Franklin) no merecen libertad ni seguridad...Acabarán perdiendo ambas”. ¡Habrá que evitar por todos los medios al alcance del colectivo nacional el mal mayor que sería perder las libertades! “La vida es nada si la libertad se pierde”. “La vida no tiene valor donde falta la libertad”. Savater dice que “las leyes no están para esclavizar, sino para encausar la libertad”...y Camus aseveraba “si el hombre fracasa en conciliar libertad y seguridad, fracasa en todo.” www.ejecentral.com email: eguia.associates@gmail.com twiter: @REguiaV

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