La hora de los tránsfugas y los impresentables

10 de Mayo de 2024

Juan Antonio Le Clercq
Juan Antonio Le Clercq

La hora de los tránsfugas y los impresentables

juan antonio leclercq

La formalización de las candidaturas presidenciales y la presentación de listas plurinominales para el Senado resumen el espíritu descarnado que tiene esta campaña electoral. Predomina un sentido absolutamente pragmático que ha terminado por deslavar la identidad ideológica de los partidos tal como los conocíamos. Hablar de partidos de izquierda o derecha, de liberales y conservadores, deja de tener sentido ante la operación de máquinas electorales atrapa-todo para las que lo único importante es ganar.

Por más que los candidatos y sus equipos de campaña señalan con el dedo a sus rivales por conformar alianzas ideológicamente inconsistentes, presentar propuestas inviables o integrar a alguna figura política impresentable, lo cierto es que ningún partido tiene hoy el monopolio de la incongruencia. Y en el río revuelto de nuestra degeneración democrática, ganancia para los depredadores de lo público.

Incluso el lenguaje se nos queda corto. Gatopardismo, chapulineo, transfuguismo, arribismo… jerga política demasiado limitada para explicar la recomposición de alianzas políticas y a los extraños compañeros de cama que se arrejuntan estos días. Si en verdad tienen tanto en común y están tan de acuerdo en su visión de país, como hoy dicen que lo están al interior de cada una de las coaliciones, bien podrían haber cooperado más antes y habernos ahorrado años de confrontación política y conflictos electorales estériles.

Quienes se mueven de un bando a otro reiteran una y otra vez, como si intentaran convencerse a sí mismos, que lo hacen por su compromiso con un proyecto de transformación, que finalmente vieron la luz o que es de sabios rectificar. No es que rechace la necesidad de una reconciliación política nacional, por el contrario, esto me parece indispensable. Difícilmente podremos enfrentar nuestros graves problemas si nuestros actores políticos no son capaces de alcanzar acuerdos y cooperan en forma más responsable. Pero veo más cañonazos de plurinominales y promesas de puestos en el gabinete en el reciclaje de impresentables y en los cambios de trinchera, que propiamente voluntad de reconciliación y compromiso con cambios de fondo.

Ahora, si en verdad hay tanta voluntad de acuerdo y deseo de reconciliación en nuestros candidatos, en una de esas podrían enfocar algo de su generosidad a acordar una agenda común en materia de seguridad, justicia y combate a la corrupción. Porque aunque todavía no lo entienden, acabamos de pasar el año más violento en décadas, la inseguridad se extiende como epidemia en todas las regiones del país y la corrupción ha alcanzado niveles inimaginables previamente. Y menos han comprendido que una vez terminada la elección, no será suficiente con su voluntad o genialidad personales para desarrollar alternativas más afectivas para enfrentar y acotar esos problemas.

Así que, señores candidatos, ya que están dispuestos a formar alianzas e incluir antiguos rivales, aprovechen el momento para dialogar con sus oponentes actuales y comprométanse a definir esa agenda mínima común que tanto nos hace falta. Demuestren que para ustedes la política significa algo más que distribución de “huesos”, que no sólo se trata de rescatar tránsfugas o liderazgos caídos en desgracia. Si algo de responsabilidad queda en ustedes, comiencen a rescatarnos también a los ciudadanos.

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