La advertencia de un académico de política y gobierno

7 de Mayo de 2024

J. S Zolliker
J. S Zolliker

La advertencia de un académico de política y gobierno

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A veces, no. Con mucha frecuencia, soy tachado de pesimista. Otras tantas veces soy el incomprendido. No es fácil, la verdad. Si ustedes vieran el mundo como yo lo he descubierto, seguramente creerían en lo mismo. Un ejemplo esclarecedor, es el hecho de que, por primera vez en la historia de la humanidad conocida, conviven al menos tres generaciones en el espectro económico, político y social. Es decir, babyboomers, generación X y millenials, tan distintos unos de otros, deciden quienes los van a gobernar y quienes definirán su futuro, cuando los babyboomers suelen tener largas juntas de trabajo y los millenials las ven como una reverenda pérdida de tiempo. ¿Lo notan? ¿Observan lo complejo de la situación mundial? Sabemos por eso ahora, que las que creíamos democracias libres, comienzan a perder terreno ante el populismo y peor, los totalitarismos. Así de complejo el asunto.

Internacionalmente, estamos cambiando; el mundo y el espectro político se balancea cual columpio. Zimbabue, por ejemplo, como una democracia en búsqueda de consolidación, lo mismo que países con democracias ya bien establecidas, están sufriendo reveces totalitarios y/o populistas que hace algunos años, eran impensables. A este paso, el mundo cambiará con enorme velocidad y las consecuencias podrían ser catastróficas. Retórica, no es.

Sucede que las democracias no son sistemas infalibles. Los Babyboomers están desencantados con el mundo y sus demasiados cambios, casi con nostalgia anhelan el tiempo pasado en que globalización y multiculturidad no existían, la generación X aún cree que puede cambiar las cosas y está luchando contra sus propias contradicciones, y los millenials no se interesan de momento por el mundo; ya no creen en los políticos ni en las instituciones y muchos de ellos, ni en la sociedad civil.

Esto me aterra. En especial porque la gente que cree que México debe permanecer siendo un país democrático, parece reducirse. Ahora que murió Fidel Castro, por ejemplo, miles de babyboomers lo defendieron —hasta con empalagosa melancolía— como un ídolo, y justificaron su reino del terror: la dictadura fue una consecuencia muy menor para alcanzar los ideales de educación, salud e igualdad tan anhelada. ¿Pobreza extrema? Por culpa del bloqueo del imperio. ¿Quisieran que México estuviera en un régimen similar al de Cuba? La gran mayoría respondió que sí, si eso nos volviera a brindar seguridad (por ello, apoyan a los mal llamados justicieros y vengadores anónimos) y los ricos dejaran de ser tan millonarios y los pobres, tan miserables.

La generación X, claramente está abierta a probar otras formas de gobierno. Los excesos y contradicciones en los que ha incurrido su propia generación política, les parecen insoportables y las instituciones les están dejando de parecer viables. Es cierto, la gente de este grupo está dispuesta a cambiar radicalmente, pues las soluciones planteadas por décadas, no han hecho otra cosa que empeorar. ¿Ejemplos? Vean el Brexit, Australia, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Nueva Zelanda, Suecia, Norteamérica, por mencionar algunos. Por su parte, los millenials, que no creen ya en nadie ni en nada, están buscando abstenerse y abstraerse totalmente, o adherirse a movimientos sociales y sistemas anti partidistas.

Así que señores políticos, las cosas ya no son ni remotamente como antes. Las democracias como las conocemos, están en riesgo y ustedes son los responsables pues han atendido mal los problemas que a la población —sus votantes— les preocupan. Son como médicos que han mal diagnosticado a un paciente, quien se queja de que cojea por un dolor de pierna y tras años de atenciones, no ha hecho más que empeorar. Tengamos cuidado, porque el propio paciente es capaz de auto mutilarse por la desesperación de no ver mejorías…

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