Yo no exploto a los pueblos indígenas

25 de Abril de 2024

Rebeca Pal

Yo no exploto a los pueblos indígenas

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Creo que es importante que exista una protección de los conocimientos tradicionales, y de las expresiones artísticas culturales de los pueblos indígenas. Los pueblos indígenas, en todo el mundo, están desprotegidos en el campo de la propiedad intelectual, y no creo que sea justo. Cuando sus conocimientos son utilizados por terceros, ellos tienen derecho a recibir un reconocimiento y una compensación. Es importante que los gobiernos tomen cartas en el asunto, porque sin los incentivos para preservar y divulgar los conocimientos de los grupos indígenas, estos pueden llegar a desaparecer. Necesitan una protección ante la explotación económica, porque es una agravante que tiende a esclavizarlos y, repito, no es justo. Por eso me da mucho gusto saber que el diputado del PRI, Arturo Huicochea Alanís, lanzó en la Cámara de Diputados la propuesta de modificar la Ley Federal de Derecho de Autor, para proteger los derechos colectivos de propiedad intelectual y los conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas. ¿Cómo? La ley protegerá los modelos, dibujos, diseños (figuras, símbolos, petroglifos), elementos culturales de su historia, música, arte y expresiones artísticas tradicionales, mediante un sistema especial de registro ante el uso comercial. Habrá una promoción y comercialización de sus derechos. Todo es para protegerlos de las marcas internacionales que han lucrado con sus diseños sin darles reconocimiento ni remuneración económica. Sí, que una marca internacional se inspire en ti es halagador, pero que adopte los elementos culturales y los divulgue como propios para lucrar con ellos, sin reconocer la propiedad intelectual o el origen, es terrible. Yo a la fecha me siento indignada por las acciones cometidas por la diseñadora francesa Isabel Marant, quien hizo plagio de los diseños de una comunidad indígena mexicana, y además buscó patentar el diseño para prohibir a los habitantes del pueblo de Santa María Tlahuiltepec (Oaxaca), que siguieran reproduciéndolo como llevan haciendo toda la vida. Ellos viven de ese trabajo, ha sido durante años el sustento de muchas familias, y ante la injusticia no hubo una ley que los protegiera del todo. Otras marcas como Mango y Dior, también han lucrado con los diseños de pueblos indígenas sin darles ninguna remuneración. Se defienden y justifican el plagio con un “sólo nos inspiramos en México”. Gracias a las RRSS ya hay más consciencia y denuncias cuando estas prácticas se llevan a cabo. Creo que es muy importante que ayudemos a darle voz a las personas que no la tienen. No es justo que las grandes marcas paguen millones en publicidad, eventos, influencers, y no puedan remunerar económicamente a estas comunidades que viven en la pobreza. Yo de corazón espero que el gobierno tome las medidas necesarias para que tengan un respaldo y un reconocimiento por parte de las autoridades. Como lo dijo William Fisher, de la Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard: “Se trata de decidir en qué medida, de ser necesario, los gobiernos han de restringir el uso no autorizado de conocimientos tradicionales, expresiones culturales tradicionales o recursos genéticos más de lo que ya hacen”. Mi punto aquí es: Sí, qué bueno que el talento mexicano y, sobre todo, el talento de los pueblos indígenas sea reconocido a nivel internacional, pero no por eso voy a tolerar que un “sólo nos inspiramos en México” sea válido para permitir el plagio. Acepto un “nos inspiramos en México y por eso queremos contratar a los artistas indígenas, o por eso queremos remunerarlos para que podamos usar sus diseños”. Si no están dispuestos a hacerlo, pues los invito a que busquen otras fuentes de inspiración, pero que dejen de lucrar con la gente que está más desprotegida