No tiene más de 35. Conduce un Mazda con una deformación. Estaciona el auto y toca el timbre. Regresa y abre la puerta lateral. Suavemente la ayuda a bajar. Ella debe tener alrededor de 60. La sostiene del brazo y, con el otro, alcanza su almuerzo. Caminan hacia la puerta y esperan, pero nadie ha abierto aún. Toma sus manos, la sostiene de la cintura y comienza a bailar. Cinco pasos pequeños y dos vueltas al eje. Finalmente, la cuidadora abre la puerta, toma la bolsa del almuerzo y detiene a la mujer, ayudándola a pasar. Él regresa a su auto y se marcha.
El Alzheimer ataca por igual a todas las clases sociales. No discrimina en género. No hay cura disponible. Su causa se desconoce. En México, 2 millones de personas padecen de este mal. Actualmente se está probando en Austria una nueva vacuna preventiva contra el padecimiento. De acreditarse, el medicamento estará en el mercado hasta dentro de seis o siete años.
Enfermedad maldita que se mete entre las ranuras de la corteza cerebral y arranca los recuerdos. Se lleva a los seres queridos sin llevárselos. Y de lo peor de la vida, como los mismos familiares de las víctimas testifican, sale un hombre que acompaña a su ser querido al asilo y se toma unos minutos en lo que la puerta abre para intentar bailar.