El fentanilo, la droga que mató de una sobredosis al cantante Prince, se ha convertido en la favorita de los carteles mexicanos por su potencia, su popularidad en Estados Unidos y porque genera un gran margen de ganancia.
Según el diario The New York Times, la sustancia que distribuyen los narcotraficantes mexicanos a través de sus distintas redes en la nación gobernada por Barack Obama, tiene origen en laboratorios de México y el resto lo importan desde China, de acuerdo con autoridades policiacas y de aduana de Estados Unidos.
Aún no ha quedado claro cómo fue que el artista consiguió la droga debido a que sólo un médico puede recetar este opiáceo sintético, empleado en los cuidados paliativos de pacientes en las últimas etapas de cáncer.
ElEn su edición digital, el diario estunidense cita a Jack Riley, administrador adjunto de la DEA (agencia antidrogas de Estados Unidos), quien asegura que “los cárteles están migrando hacia esa droga para aumentar sus beneficios”, como en el caso de Massachusetts, uno de los lugares en donde más se consume.
“Son unos genios del mercadeo, lo vieron venir”, agregó.
NYT publicó este jueves que la demanda de derivados del opio no deja de aumentar en Estados Unidos y su origen ilícito está llegando a niveles que no se veían desde 2006, cuando se registró un pico de muertes por sobredosis conectado directamente con un laboratorio ubicado en México.
Desde finales de 2013 a finales de 2014 han muerto más de 700 personas en Estados Unidos por sobredosis de fentanilo.
EL NEGOCIO DEL FENTANILO
El opiáceo sintético puede fabricarse en un laboratorio sin tener que plantar, cosechar y procesar amapola, y aunque es más lucrativo, también es más mortal. Su potencia, 40 veces superior a la de la heroína, ha convertido este medicamento en una droga muy popular entre los adictos.
Según datos de la DEA un kilo de heroína que compran en Colombia por 6 mil dólares puede venderse al por mayor en unos 80 mil, mientras que un kilo de fentanilo comprado en China por menos de 5 mil dólares es tan potente que puede procesarse para producir de 16 a 24 kilos al cortarlo. Cada kilo puede venderse al por mayor en 80 mil dólares y cuando llega a las calles alcanza hasta 1,6 millones de dólares.
Aunque las autoridades mexicanas son conscientes de las advertencias que llegan desde Estados Unidos sobre la producción y distribución del opiáceo, les preocupa más que su vecino los culpen de la expansión de la droga.
Las autoridades de Estados Unidos decomisaron el año pasado unos 100 kilos de derivados sintéticos del opio como el fentanilo. La gran mayoría en la frontera con México y aunque la cifra no es alta, el aumento es alarmante comparado con 2014, año en que sólo se decomisaron 4 kilos.
Las autoridades dicen que los cárteles usan el fentanilo en diversas formas aunque la tendencia más habitual es camuflarlo como pastillas de oxicodina, lo que se vincula directamente con el incremento de adictos a la heroína a partir del abuso de los medicamentos contra el dolor recetados por médicos.
Aunque faltan datos sobre la implicación de los carteles mexicanos, según según el comisionado R. Gil Kerlikowske.