Los tentáculos del terror en Medio Oriente se asoman en América Latina, con la reciente noticia de la detención de dos personas en Brasil por planear actos terroristas. En su arresto —que fue posible gracias a la colaboración de la agencia de inteligencia exterior israelí Mossad— se explicó que los recién detenidos buscaban reclutar a más personas para “planear un ataque contra blancos israelíes y judíos en Brasil”, especificamente edificios y sinagogas.
En este caso, se acusó que la organización Hezbolá estuvo involucrada en dichas acciones, aunque no se dieron más detalles al respecto.
Y es que lo cierto es que tras los ataques del grupo Hamás el pasado 7 de octubre —los cuales desencadenaron la masacre que realiza Israel actualmente en la franja de Gaza—, tanto la comunidad judía como la musulmana han recibido ataques de odio en todo el mundo. Prueba de ello es la reciente denuncia de una joven estudiante de una universidad israelí, que reportó agresiones verbales y físicas por parte de judíos de extrema derecha, al grito de “¡Muerte a los árabes!”.
Ante este panorama, Petra De Sutter, viceprimera ministra de Bélgica, pidió a su gobierno que adopte sanciones contra Israel e investigue los bombardeos de hospitales y campos de refugiados en Gaza. “Es hora de sanciones contra Israel. La lluvia de bombas es inhumana. Está claro que a Israel no le importan las demandas internacionales de un alto el fuego”, fueron sus palabras. Hasta el momento, ningun país europeo ha tomado acciones en contra de Israel pese al genocidio en Gaza y la violación de docenas de resoluciones de la ONU.
Al contrario, se han manifestado abiertamente en contra de la causa palestina, como en Londres, donde el primer ministro Rishi Sunak calificó este miércoles de “provocación y falta de respeto” una marcha propalestina prevista el sábado, día de conmemoración del armisticio de la Primera Guerra Mundial, que la policía se negó a prohibir pese a las presiones.
Cae el norte de Gaza. Mientras tanto, indiferente a cualquier otro llamado de alto al fuego y al bombardeo de objetivos civiles, Israel informó que ya controla el norte de la franja de Gaza. El movimiento militar dejó a otros cientos de palestinos muertos y heridos, y colocó a otros miles en una penosa peregrinación a la parte sur, donde el panorama es el mismo: edificios en ruinas y escasas posibilidades de obtener agua, alimento y medicinas.
“Hoy hemos visto a 50 mil gazatíes salir del norte de Gaza hacia el sur”, afirmó Daniel Hagari, portavoz del ejército israelí, en una rueda de prensa. El éxodo de civiles hacia el sur del pequeño territorio palestino se aceleró con la intensificación de los bombardeos y combates terrestres, según observadores de Naciones Unidas.
En este sentido, representantes del grupo Hamás acusaron que la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) está coludida con Israel en el desplazamiento forzado de la población del norte de la Franja de Gaza hacia el sur.
“La UNRWA y sus dirigentes son responsables de esta catástrofe humanitaria, se plegaron desde el primer momento a los dictados de la ocupación, abandonando sus posiciones y renunciando a su responsabilidad ante centenares de miles de habitantes”, afirmó Salama Maruf, jefe del servicio de prensa del gobierno de Hamás.
Invasión. Los vehículos blindados han penetrado incluso en Cisjordania.