Fast X: no hacen falta guionistas

7 de Mayo de 2024

Alejandro Alemán
Alejandro Alemán

Fast X: no hacen falta guionistas

alejandro aleman

Quien mucho se despide, pocas ganas tiene de irse. Esta frase de abuelita aplica para Fast X (EUA, 2023), cinta que sería la última entrega de la saga Fast And The Furious (primer episodio estrenado hace 22 años) pero que a la mera hora resultó que no, que esta es apenas la primera de tres partes que (supuestamente) darán conclusión a una de las sagas más orgullosamente descerebradas y taquilleras en la historia del cine.

Han sido 22 años de autos, choques, explosiones y la violación de todas las leyes de la física y de la lógica. Fast X no reinventa la fórmula, al contrario, la abraza con la fuerza de quién sabe que, luego de 10 entregas y millones recaudados, resulta imposible innovar. ¿Cómo hacerlo? Si en el colmo del paroxismo, Toretto y sus chicos han ido hasta el espacio exterior montados en uno de sus coches.

No hay forma. Solo queda tocar los viejos éxitos y entregarse al exceso de una saga cuyo credo inquebrantable es que, no importa lo que pase, todo se puede arreglar montando un coche (previo six de coronitas con la familia).

En esta entrega conocemos a Dante (Jason Momoa en lujo de sobreactuación), hijo del mafioso al cual Toretto y Brian (el finado Paul Walker) le robaron una bóveda de valores (en Rápidos y Furiosos 5). La venganza de Dante (una mezcla horrenda entre el Joker de Jared Leto y el Jack Sparrow de Johnny Depp) consistirá en “hacer sufrir” (que no matar) a Toretto y familia. Para ello cuenta con toda la tecnología y todos los recursos que el guión quiera darle.

El nuevo villano provoca otro clásico de Rápidos y Furiosos: los que antes eran enemigos a muerte hoy serán amigos entrañables. Así tenemos de regreso a Charlize Theron, Michelle Rodríguez, Helen Mirren, Jordana Brewster, John Cena, Jason Statham, y muchos más cuyos nombres no recuerdo.

Robándole el plan a Bane en The Dark Knight Rises (2012), el villano da su primer golpe en Roma, paseando por sus hermosas calles una bomba en forma de pelota gigante que eventualmente saldrá rodando, destruyendo todo a su paso. Toretto y su pandilla (como es costumbre) serán acusados de este hecho por lo que tendrán que huir para ir tras el villano.

Lo que sigue es básicamente un listado de cosas que deben pasar, o esto no se llamaría Rápidos y Furiosos: persecuciones a toda velocidad, carreras clandestinas con una multitud de chicas en shorts diminutos, autos saltando de aviones, gente saltando de un auto a otro en movimiento, explosiones y choques a discreción. Y la cereza: un cliffhanger que dejará todo en suspenso para el siguiente episodio.

En resumen, más de lo mismo, pero a ritmo más vertiginoso, con autos notoriamente de CGI, con una trama y unos diálogos tan absurdos y cursis que hacen de esta, una cinta inmune a la huelga de guionistas.

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