La carrera por la sucesión presidencial no se detiene, las llamadas “corcholatas” siguen haciendo su lucha por ganar seguidores y fortalecer sus filas para llegar muy bien armados al proceso interno mediante el cual Morena elegirá a su candidata o candidato.
Hemos visto a Claudia Sheinbaum difundir su informe de gobierno hasta el cansancio, y a través de sus redes nos hemos enterado de algunas de las visitas que hace a los estados para difundir su proyecto.
Algo muy similar pasa con Adán Augusto López, un secretario de Gobernación que trae un tour visitando gobernadores, que de manera sorpresiva lo respaldan y halagan de manera pública y mediática.
Al que habíamos visto un poco más lento en su condición de “corcholata” es al carnal Marcelo. Nuestro flamante secretario de Relaciones Exteriores parecía estar viviendo este momento político de una manera muy distinta, lucía poco combativo y hasta cierto punto lento con respecto al resto de los competidores que le han metido turbo en los últimos meses.
Fue apenas a inicio de este mes de noviembre que Marcelo Ebrard retomó de manera pública su aspiración, y en una reunión con más de mil mujeres (ojo Claudia Sheinbaum) dio por iniciada su campaña como aspirante a la candidatura de Morena a la Presidencia de la República. Aunque el evento no tuvo la masividad que se acostumbra para este fin, con eso daban por iniciadas las acciones para llevar agua a su molino, el evento pasó y al buen Marcelo lo vimos apagarse nuevamente.
Creo que a Macelo Ebrard no se le debería menospreciar como operador político. Tiene una larga trayectoria y a estas alturas sabe más el diablo por viejo que por diablo. El revés de Marcelo estaba a la vuelta de la esquina, y el inicio de la Copa Mundial de Futbol sería su escaparate para brillar y ganar relevancia, aunque fuera momentánea. Lo más sorprendente es que este repunte se lo debe a una plataforma en la que casi nadie hubiera apostado que podía hacerlo bien: TikTok.
Ver el contenido de Marcelo es sus redes no es necesariamente la tarde de entretenimiento soñada, sin embargo, con tan solo seis videos publicados en la juvenil red social alcanzó casi 19 millones de reproducciones, una cifra nada despreciable, sobre todo si tomamos en cuenta que la gran mayoría de los políticos que intentan incursionar en esta red social lo hacen bastante mal salvo muy honrosas excepciones.
TikTok no hará ganar a Marcelo necesariamente, pero sí lo ha colocado dentro de una plataforma en la que sus competidores son aburridos y no logran conectar con la audiencia. Los millones de reproducciones que tiene en sus videos relacionados con la copa mundialista no sé si significan que hay mucha gente disfrutando de su contenido o si hay mucha gente burlándose de él, lo que sí es un hecho, es que logró ser viral y aprovechar la coyuntura subiéndose al evento deportivo más importante del año.
No creo que sus competidores deban tratar de emular lo hecho por Ebrard, sobre todo si no tienen simpatía, ritmo o por lo menos tino para subirse a la red social que más trabajo cuesta a los políticos hoy en día.
La suerte aún no está echada y el éxito de Mecerlo Ebrard en TikTok no lo hace ni candidato ni presidente, lo que sí es una realidad, es que un personaje que tenía un contenido como de “tío que manda piolines” logró dar un vuelco y hacer contenido mucho más visto.
