Como era de esperarse el descalabro sufrido por el PRI y la alianza “Va por México” en el proceso electoral de 2021 esta evidenciando mucho más de lo que sus liderazgos desearían, la próxima votación en el Congreso para aprobar la Reforma Eléctrica de AMLO es la gota que derrama el vaso y saca a la luz los conflictos internos del que fuera el partido hegemónico en México durante gran parte del siglo XX.
Cuatro expresidentes nacionales del PRI coinciden en que votar por la reforma eléctrica del presidente Andrés Manuel López Obrador es regresar al pasado y el PRI podría extinguirse. Manlio Fabio Beltrones, Dulce María Sauri, Pedro Joaquín Coldwell y Enrique Ochoa no están de acuerdo en que el priismo se doblegue ante la voluntad presidencial y se apoye una reforma que consideran es retrograda y alejada del contexto mundial. Los pronunciamientos hechos por estos cuatro liderazgos priistas no solo marcan un distanciamiento ideológico, sino un PRI fracturado hasta las raíces y la lucha entre corrientes por sobrevivir.
Para hacer una lectura de lo que hoy esta en la conversación de muchos, será necesario mirar un poco hacia atrás y completar la historia recurriendo un poco al ficcionario político.
El proceso electoral de junio pasado es sin lugar a duda, una gran derrota para el priismo, quienes pensando que la aprobación presidencial en decremento y firmar una alianza de oposición les reportaría buenos resultados se equivocaron y a lo grande. El fracaso electoral dibujó un nuevo escenario político en el que Morena se convertía en el partido hegemónico y el Presidente cambiaba de posición, era necesario dar un paso atrás y buscar una manera de renegociar con el poder.
Mucho se habló en su momento de un posible pacto de “no agresión” entre el gobierno entrante de AMLO y el saliente de Peña Nieto, como siempre habría sacrificables, pero nada que pusiera en riesgo la transición presidencial. Peña creyó que el pacto se mantendría en tanto algunos de sus cercanos estuvieran en la escena política nacional y su partido conservase poder político que reportara capital de negociación, sin embargo, quienes hoy dirigen al PRI están lejos de Peña y mucho más cercanos a AMLO. El pacto, si es que lo hubo, hoy esta completamente roto, pues el presidente prefirió negociar con los actuales dirigentes priistas para obtener apoyo legislativo y perseguir a la “mafia del poder”.
Alejandro Moreno y su grupo están dispuestos a hacer lo que sea por sobrevivir bajo un panorama político que desconocían, el no ser el partido en el poder ha resultado traumático para los nuevos priistas y su falta de talento para conservarse como una fuerza política relevante los lleva al sacrificio de su propio partido de ser necesario.
Así es como nacen estos “nuevos ladinos”, que están separados claramente de la vieja guardia priista y que también rompieron lazos con el peñanietismo. Ellos van a negociar con el Presidente sin tomar en cuenta a los demás y si para ello hay que empeñar al PRI pues bienvenido sea.
La aparente disyuntiva en la que se encuentra un PRI actualmente doblegado ante el poder presidencial es la de apoyar o no la Reforma Eléctrica de AMLO, pero la realidad es muy distinta, lo que realmente esta en juego es cual de las corrientes priistas tendrá más peso y marcará la agenda futura del partido.
Hoy nos sorprende ver a la vieja guardia priista y al peñanietismo cantar a coro para defender la Reforma Eléctrica de la pasada administración, aunque esto signifique abrir un frente contra los nuevos ladinos priistas, los tres grupos harán hasta lo impensable con tal de sobrevivir en el escenario político mexicano.