México debe ofrecer energía limpia si quiere atraer inversiones
MEXICALI, BAJA CALIFORNIA, 17ENERO2022.- Central Geotermoeléctrica Cerro Prieto en el Valle de Mexicali perteneciente a la red de producción eléctrica nacional de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). México cuenta con una capacidad instalada en geotermia de 976 megawatts (MW), de los cuales 951 MW corresponden a centrales de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y los 25 MW restantes a privados, según cifras de la Secretaría de Energía al 30 de abril de 2021. La Geotermoeléctrica Cerro Prieto, cercana al volcán con el mismo nombre, produce 570 MW, es la tercera más grande del mundo después de Geysers- EE.UU y Larderello-Italia. La central cuenta con cuatro plantas, que constan de 13 unidades., utiliza turbinas de vapor e inició su construcción en 1958 y fue puesta en servicio en 1973, en el 2000 fue puesta en marcha la última planta. Hoy inicia el primer foro del parlamento abierto, en la Cámara de Diputados, para la discusión de la iniciativa de reforma constitucional en materia eléctrica. FOTO: ADOLFO VLADIMIR /CUARTOSCURO.COM
/Adolfo Vladimir/Adolfo Vladimir
La IED no solo beneficia las cuentas nacionales y el PIB, sino que también es un motor de crecimiento económico y desarrollo
México se enfrenta a un obstáculo crítico: la carencia de una oferta energética alineada con las demandas ambientales de las empresas globales.
En un escenario donde la geografía ya no es la única protagonista, las compañías buscan destinos que no solo ofrezcan beneficios económicos, sino también un compromiso tangible con energías limpias.
Según ejecutivos del Imco, aunque México posee una capacidad de generación eléctrica adecuada para los próximos años, la instalación de plantas de generación con energías limpias se presenta como una necesidad imperativa.
La demanda global exige productos con una huella de carbono cada vez menor, y la adaptación de México a esta realidad es crucial para no perder terreno en la atracción de inversiones.
El impacto del cambio climático se hace sentir en naciones de todos los continentes, trastocando las economías y dejando su huella en diversas comunidades.
Observamos transformaciones en los patrones meteorológicos, un aumento en los niveles del mar y un incremento en la intensidad de fenómenos meteorológicos, afectando así a la vida en diferentes aspectos.
La Agenda 20-30 ha elevado el estándar, exigiendo a las empresas una transición hacia fuentes de energía renovable y una reducción sustancial de su huella de carbono.
México, sin embargo, se encuentra en la encrucijada de esta transición, enfrentando la necesidad apremiante de ofrecer energías limpias y disminuir su dependencia de fuentes fósiles. La falta de avances en este frente está directamente vinculada a la baja penetración de nuevas inversiones dentro de la Inversión Extranjera Directa (IED).
La expansión de las redes de transmisión y distribución no es simplemente una cuestión logística; es una jugada estratégica en medio de la relocalización global de empresas. En un entorno donde las condiciones de largo plazo son determinantes, las ciudades y regiones deben ampliar su infraestructura para convertirse en destinos atractivos para la producción y el cumplimiento de las agendas climáticas.
México, entre la duda y el cambio
El Imco señala como casos de éxito a estados como Sonora y Aguascalientes que han logrado incrementar significativamente la IED.
Sin embargo, disparidades notables en estados como Oaxaca, Guerrero y Chiapas revelan la necesidad de estrategias más específicas y coordinadas. La promoción internacional, a menudo subestimada, se revela como un componente crítico en esta ecuación. Ejemplos exitosos, como la región de La Laguna, resaltan la importancia de estrategias bien definidas y colaboración efectiva entre municipios y gobiernos estatales.
La inversión extranjera directa va más allá de las estadísticas económicas; es un catalizador para el crecimiento y el desarrollo.
La diversificación de sectores y la creación de una red de conocimientos son productos directos de la inversión productiva. Las propuestas del Imco, que incluyen la creación de agencias de promoción de inversión a nivel local, apuntan a una colaboración integral entre sectores público y privado, así como de lo académico.
En conclusión, para asegurar su posición en el tablero global del nearshoring, México no solo debe abordar, sino superar los desafíos energéticos. Estrategias efectivas de promoción internacional y ejecución precisa de planes de inversión en infraestructura crítica son imperativas.
La capacidad de adaptación y acción decidida determinará el papel de México en la escena global de producción e inversión extranjera directa.
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