El 16 de junio de 2016 apareció publicada una enorme red de vínculos entre funcionarios y criminales de Guerrero. Ese día el semanario ejecentral tituló su reportaje de portada “Guerrero, Estado paralelo”.
Se trataba de los nombres y datos de más de un centenar de personajes, entre funcionarios municipales y criminales, que directa o indirectamente participaron en la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa.
Aunque habían pasado 21 meses del ataque a los normalistas ningún otro medio había mostrado tanta información ni sus ramificaciones. Era el tercer número del semanario y, como desde su primer ejemplar, era el carácter que regiría ejecentral, el trabajo a fondo, las investigaciones, los buenos ángulos, cruce de datos y mucho contexto. El caso de los normalistas es un gran ejemplo, pero hay decenas más.
Cuestionar, rebuscar, verificar, explicar e informar, y haciéndolo especialmente a partir del diseño de información. Esto último ha convertido a este periódico en una escuela y ha recibido ya 12 premios de diseño de los más reconocidos del mundo.
Hacer un periodismo de calidad sólo se logra con un equipo que en la entraña sabe que en esta profesión no debe prevalecer el ego, sino la bondad desde el corazón para ser útil a una sociedad que necesita información que le permita tomar decisiones adecuadas para su vida cotidiana, para su comunidad y para vivir un mejor país, con autoridades que rindan cuentas, que sean verdaderos servidores públicos que trabajen por la población.
Y así es cada uno de los profesionales que colaboran en ejecentral, en cada una de sus áreas, personas que tienen la camiseta muy puesta y el corazón cargado de idealismo.
En estos tiempos que las descalificaciones a los periodistas son más comunes, y que al mismo tiempo se enfrentan mayores riesgos, vale celebrar todo este esfuerzo de siete años, de 351 ediciones, de un gran equipo de profesionales en web, en diseño, video, edición y reporteo; de personas experimentadas, en crecimiento y de jóvenes que hemos ido formando. En suma, de un periodismo que ha encabezado Raymundo Riva Palacio.
Han sido siete buenos años, desafiantes y agotadores, pero con recompensas. Vendrán más. Pero justo en este punto, en que comienza la sucesión presidencial vale alertar que es posible que en los próximos 12 meses los equipos de medios, los que cumplen con una verdadera tarea de informar sin el hígado, sin intereses ocultos ni miedo, sufrirán mayores embates, porque cuando se transita en un proceso de disputa por el poder, es precisamente la ambición la que busca acallar, cerrar los espacios, descalificar más, intimidar y cosas peores. Por cierto, ya casi suman seis largos meses desde el ataque al periodista Ciro Gómez Leyva y las autoridades no han cumplido con su tarea de detener a todos los responsables y explicar qué pasó exactamente.
Pues en esta sucesión tan adelantada habrá que prepararse, tener redacciones fuertes y entrenadas, alianzas sólidas por el buen periodismo, y equipos dispuestos a un trabajo más intenso y de verdadero servicio.
Alrededor de esa disputa electoral hay otros escenarios, el de grupos criminales y el de un escenario de guerra en el mundo que directa o indirectamente también impacta la dinámica informativa, las economías de las redacciones, y particularmente la confusión, por la manipulación de la información o su ocultamiento. Habrá que estar listos para los nuevos tiempos y, en su caso, estar dispuestos.
Gracias al equipo que hace posible ejecentral, pues merece un gran reconocimiento.