OMC propone fondo millonario para apoyo a la pesca

8 de Mayo de 2024

OMC propone fondo millonario para apoyo a la pesca

El pescador Pedro quita la piel a su pesca después de su jornada

SAN FRANCISCO DE CONCHOS, 18SEPTEIMBRE2020.- Se cumplen ya 10 días desde que productores agrícolas expulsaran a la Guardia Nacional apostada en la presa “La Boquilla” tomando ellos las instalaciones. Entre quienes tienen tomada la presa —grandes, medianos y pequeños productores agrícolas; jornaleros solidarios y otros tantos mandados por el patrón—, se evoca la figura presidencial, la del “viejo loco ese”, como la de un caudillo traicionero. En esta atmósfera bronca del noroeste del país, son constantes las evocaciones al general Francisco Villa, al que el campesinado de la región mira con simpatía y admiración. Al lugar llegan a entremezclarse fuerzas sociales distintas al punto de hacer difusa la claridad sobre los acontecimientos. Formando un coctel de voliciones llegan políticos de la región, presidentes municipales, alcaldes, diputados; llegan también productores agrícolas que coquetean con estrenar su nombre en las urnas; organizaciones sociales y gente de a pie. Esta polifonía de voces que mana del centro sur del Estado de Chihuahua con un tenor que evoca la primera década del siglo pasado, e incluye también, aunque a la lejanía, el canto quedo de los pescadores locales que, provenientes de poblados aldeanos, surcan las aguas de la presa al despuntar la luz árida del alba chihuahuense. Como un oasis en medio del desierto se aparecen las aguas de la presa “La Boquilla”, conocida también como presa “El Tigre”, que hoy luce famélica en comparación a otros años. Los zopilotes, como premoniciones, aguardan impacientes a la orilla. David, Abelardo y Pedro son tres de los aproximadamente doscientos pescadores que pertenecen a alguna de las cooperativas que regulan la pesca en la región, y que a diario embalsan en búsqueda de peces de las diversas especies que pueblan este ecosistema acuífero: la Carpa, el Bagre, la Mojarra Criolla, la Tilapia y los Charales, hacen parte de la diversidad de la fauna que, según cuentan, peligra ante la rápida baja de los niveles de agua en la presa. La merma tan repentina en los niveles de profundidad del agua fue ocasionada no solo por la temporada de sequía en este desierto del noreste del país, sino también por la ingente extracción del líquido por parte de la Conagua. David y Abelardo, originarios de la zona, con 20 y 30 años de pescadores respectivamente, cuentan que no habían visto descender tanto los niveles de la presa desde 1994, en la última gran sequía. La merma, al reducir el movimiento de los peces y al dejar morir en la orilla la hueva de estos, ha dificultado su actividad, ahora menos peces caen en sus redes. —Por eso viene el problema, porque no llovió. Si hubiera llovido no hubiera importado que le bajaran, todos los años ha sido así, llovía a tiempo y sube y sacan el agua, pero este año no llovió nada—, asegura Abelardo mientras le saca las espinas a un bagre que, entre sus manos, da desesperados golpeteos con la cola entre sus manos. —No hay mucha agua, no llovió a tiempo—, remata tras dejar al pez en la cubeta, mirando fijo una solitaria nube negra, como si quisiera acercarla con su atención infranqueable. La Comisión Nacional del Agua, extrae el líquido para pagar su parte correspondiente de acuerdo con el Tratado de Aguas de 1944 entre México y Estados Unidos, el cual estipula la repartición del agua proveniente de los ríos Bravo y Colorado entre ambos países. Sin embargo, los productores agrícolas de la región aseguran que el agua destinada al pago del tratado contempla solamente aquella que viene de los escurrimientos y que, hasta la reciente problemática, se había gestionado de esa manera, es decir, siempre anteponiendo el respeto al agua destinada a las actividades agrícolas de la región. Además, desdicen el discurso del gobierno que afirma que el suministro de agua está garantizado para el siguiente ciclo agrícola. El clima que se vive en el centro-sur del estado es de incertidumbre. De un lado la Guardia Nacional apostada en la presa “Las Vírgenes” y en la represa “Las Pilas”; del otro, la presa “La Boquilla” y la caseta de Saucillo en la carretera Panamericana 45 tomadas por productores agrícolas. Como una bomba de tiempo, parece inminente el des-anudamiento de un conflicto latente entre el Gobierno Federal y parte del campo Chihuahuense. Abelardo saca ahora una canasta de las profundidades con unas cuantas carpas quietas que parecen resignarse a su destino y avienta las más chicas de regreso al agua. La lancha flota entre la bruma que desaparece con el amanecer. —Pues sí, son puros problemas con el agua— dice David, rescatando el diálogo moribundo con su compañero de pesca. Sus palabras regresan y mueren a la oquedad muda de la que surgieron. FOTO: PEDRO ANZA /CUARTOSCURO.COM

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Pedro Anza/Pedro Anza

SAN FRANCISCO DE CONCHOS, 18SEPTEIMBRE2020.- Se cumplen ya 10 días desde que productores agrícolas expulsaran a la Guardia Nacional apostada en la presa “La Boquilla” tomando ellos las instalaciones. Entre quienes tienen tomada la presa —grandes, medianos y pequeños productores agrícolas; jornaleros solidarios y otros tantos mandados por el patrón—, se evoca la figura presidencial, la del “viejo loco ese”, como la de un caudillo traicionero. En esta atmósfera bronca del noroeste del país, son constantes las evocaciones al general Francisco Villa, al que el campesinado de la región mira con simpatía y admiración. Al lugar llegan a entremezclarse fuerzas sociales distintas al punto de hacer difusa la claridad sobre los acontecimientos. Formando un coctel de voliciones llegan políticos de la región, presidentes municipales, alcaldes, diputados; llegan también productores agrícolas que coquetean con estrenar su nombre en las urnas; organizaciones sociales y gente de a pie. Esta polifonía de voces que mana del centro sur del Estado de Chihuahua con un tenor que evoca la primera década del siglo pasado, e incluye también, aunque a la lejanía, el canto quedo de los pescadores locales que, provenientes de poblados aldeanos, surcan las aguas de la presa al despuntar la luz árida del alba chihuahuense. Como un oasis en medio del desierto se aparecen las aguas de la presa “La Boquilla”, conocida también como presa “El Tigre”, que hoy luce famélica en comparación a otros años. Los zopilotes, como premoniciones, aguardan impacientes a la orilla. David, Abelardo y Pedro son tres de los aproximadamente doscientos pescadores que pertenecen a alguna de las cooperativas que regulan la pesca en la región, y que a diario embalsan en búsqueda de peces de las diversas especies que pueblan este ecosistema acuífero: la Carpa, el Bagre, la Mojarra Criolla, la Tilapia y los Charales, hacen parte de la diversidad de la fauna que, según cuentan, peligra ante la rápida baja de los niveles de agua en la presa. La merma tan repentina en los niveles de profundidad del agua fue ocasionada no solo por la temporada de sequía en este desierto del noreste del país, sino también por la ingente extracción del líquido por parte de la Conagua. David y Abelardo, originarios de la zona, con 20 y 30 años de pescadores respectivamente, cuentan que no habían visto descender tanto los niveles de la presa desde 1994, en la última gran sequía. La merma, al reducir el movimiento de los peces y al dejar morir en la orilla la hueva de estos, ha dificultado su actividad, ahora menos peces caen en sus redes. —Por eso viene el problema, porque no llovió. Si hubiera llovido no hubiera importado que le bajaran, todos los años ha sido así, llovía a tiempo y sube y sacan el agua, pero este año no llovió nada—, asegura Abelardo mientras le saca las espinas a un bagre que, entre sus manos, da desesperados golpeteos con la cola entre sus manos. —No hay mucha agua, no llovió a tiempo—, remata tras dejar al pez en la cubeta, mirando fijo una solitaria nube negra, como si quisiera acercarla con su atención infranqueable. La Comisión Nacional del Agua, extrae el líquido para pagar su parte correspondiente de acuerdo con el Tratado de Aguas de 1944 entre México y Estados Unidos, el cual estipula la repartición del agua proveniente de los ríos Bravo y Colorado entre ambos países. Sin embargo, los productores agrícolas de la región aseguran que el agua destinada al pago del tratado contempla solamente aquella que viene de los escurrimientos y que, hasta la reciente problemática, se había gestionado de esa manera, es decir, siempre anteponiendo el respeto al agua destinada a las actividades agrícolas de la región. Además, desdicen el discurso del gobierno que afirma que el suministro de agua está garantizado para el siguiente ciclo agrícola. El clima que se vive en el centro-sur del estado es de incertidumbre. De un lado la Guardia Nacional apostada en la presa “Las Vírgenes” y en la represa “Las Pilas”; del otro, la presa “La Boquilla” y la caseta de Saucillo en la carretera Panamericana 45 tomadas por productores agrícolas. Como una bomba de tiempo, parece inminente el des-anudamiento de un conflicto latente entre el Gobierno Federal y parte del campo Chihuahuense. Abelardo saca ahora una canasta de las profundidades con unas cuantas carpas quietas que parecen resignarse a su destino y avienta las más chicas de regreso al agua. La lancha flota entre la bruma que desaparece con el amanecer. —Pues sí, son puros problemas con el agua— dice David, rescatando el diálogo moribundo con su compañero de pesca. Sus palabras regresan y mueren a la oquedad muda de la que surgieron. FOTO: PEDRO ANZA /CUARTOSCURO.COM
Foto: Cuartoscuro

El proyecto, que se ajusta a los objetivos del milenio de la ONU, pretende eliminar en particular las subvenciones que puedan fomentar la sobrepesca o la pesca ilegal

La directora general de la Organización Mundial del Comercio (OMC) propuso el martes crear un fondo de apoyo de varios millones para convencer a los países en desarrollo a firmar el acuerdo.

La pesca sigue siendo el tema principal de la conferencia ministerial de la OMC que se celebra esta semana en Ginebra.

El texto, que se ajusta a los objetivos del milenio de la ONU, pretende eliminar en particular las subvenciones que puedan fomentar la sobrepesca o la pesca ilegal.

Pero aún persisten diferencias sobre el tratamiento de los países en desarrollo.

El fondo que propone la OMC pretende proporcionar asistencia técnica y desarrollo de capacidades a estos países, para que puedan aplicar el acuerdo y ayudar a sus pescadores a avanzar hacia una pesca más sostenible, en coordinación con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

La OMC espera recaudar inicialmente 10 millones de dólares, antes de duplicar esa cantidad, dijo el martes.

“Ya hemos recibido unos 5 millones de dólares en promesas para el fondo, lo que supone la mitad de los 10 millones iniciales que pretendemos” conseguir en el plazo inmediato, dijo la directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala.

“Además, varias delegaciones nos han informado de que están estudiando los detalles de la financiación y están abiertas a hacer promesas, aunque no estén preparadas para hacerlo hoy”, añadió.

En los últimos meses se han producido avances en las negociaciones sobre la pesca. La idea de que los conflictos territoriales -muchos de ellos muy delicados- se traten en la OMC se ha descartado.

También se lograron avances en la definición del mecanismo de trato preferencial para los países en desarrollo, pero India pide un periodo de exención de 25 años. Esto es demasiado tiempo, dicen muchos miembros, que aspiran a 2030 en su lugar.

El embajador colombiano Santiago Wills, que lleva meses dirigiendo las negociaciones, dijo el martes que el fondo es un “mecanismo de financiación muy importante” para todos los países en desarrollo.

“Estoy seguro de que desempeñará un papel importante en el éxito del acuerdo sobre subvenciones a la pesca. Y eso significará una pesca más sostenible y más pescado en beneficio de todos los presentes y de las generaciones venideras”, dijo. MAAZ

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https://www.ejecentral.com.mx/paises-de-la-omc-negociaran-sobre-pesca-y-vacunas-anticovid/

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