Ahora lo difícil, gobernar: Nuevo León

26 de Abril de 2024

David Colmenares

Ahora lo difícil, gobernar: Nuevo León

bronco

Ahora viene lo difícil, para los nueve gobernadores electos, que ya tienen que enterarse de los asuntos que enfrentarán llegando, además de la seguridad y la política, la situación económica, social y financiera del estado que gobernarán por seis años. Informarse más allá de los slogans de la realidad económica del País, dado que empiezan cuando los precios del petróleo están por la mitad desde mediados de 2014 y así se mantendrán por lo menos los primeros años de sus gobiernos, dependientes de las transferencias federales, con una recaudación participable compuesta en una tercera parte de los recursos petroleros. Se enterarán que su presupuesto no comprometido no es suficiente. Deben conocer la realidad municipal.

Tendrán que decidir solos quienes tienen la capacidad y experiencia para formar parte de sus gabinetes. No es suficiente la confianza o la amistad, tendrán que escuchar, pero la decisión la tomarán ellos. Nombrar a quien te digan, no es garantía de nada. Ojala recuerden que necesitan colaboradores, no socios, por lo que deberán incorporar a funcionarios que les digan la verdad, no el “si señor”, en fin, valdría la pena que leyeran “El Otoño del Patriarca” de Gabriel García Márquez.

Áreas particularmente sensibles, además de la Secretaria General de Gobierno y Desarrollo Social, son las de Finanzas y el Órgano Interno de Control. Deberán partir de un Diagnóstico fiscal y económico de su Estado y un Proyecto de mediano plazo, analizando lo que reciben y lo que pueden hacer, teniendo conocimiento de las causas que lo provocaron. Conservar lo bueno y hacer a un lado lo que no funcionó, pero no correr a todos los que ya estaban.

No deberán empezar con decisiones mágicas como la reestructura de la deuda o solicitar más como en Zacatecas, o ceder a la tentación de jinetear los recursos municipales.

Veamos primero a Nuevo León, cuya situación es más difícil, a pesar de su riqueza. Es la entidad con mayores problemas financieros. Su deuda creció exponencialmente estos años, asciende a 66 mil millones de pesos, sin sumar los Bonos Cupón Cero del FONREC para aportar al FONDEN y los del FISE. La misma equivale a 209 por ciento de sus Participaciones, sólo le ganan Coahuila y Quintana Roo; en relación al PIBE equivale al 4.9 por ciento, arriba del promedio del 2.9 por ciento. Su deuda en monto es la segunda después del DF, pero con un PIB 10 puntos menor y con un peso de sus ingresos propios, muy lejos de la mitad del DF. De hecho la mayor parte de sus ingresos propios están comprometidos en las bursatilizaciones. Dato grave que el 80 por ciento de sus participaciones están afectadas.

Afortunadamente, Fernando Elizondo es un buen financiero y fiscalista, como Secretario de Finanzas fue un hombre disciplinado, austero, honrado y capaz. Conoce la prudencia y tiene un equipo versado también en ello, como Carlos Garza. Por cierto, la primera Iniciativa para regular el sobreendeudamiento de las entidades federativas planteada en el Senado fue de Fernando siendo Senador. Su paso por la Comisión Permanente de Funcionarios Fiscales fue afortunada. Poco después fue Gobernador interino y lo hizo bien.

Fue un Representante eficaz de la Oficina de la Presidencia durante la Primera Convención Nacional Hacendaria, que representa un hito en la historia del vapuleado federalismo fiscal mexicano. Luego fue Secretario de Energía.

Ese es un buen perfil para un estado sobre endeudado, sin recursos propios disponibles, una entidad federativa que sólo recibe el 4 por ciento de las participaciones del Fondo General, cuando su PIBE es del siete por ciento, etcétera.