En México, la salud es un derecho fundamental que debe ser garantizado para toda la población sin importar su condición social, económica o geográfica. Sin embargo, la realidad actual nos muestra un sistema de salud fragmentado y desigual.
El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) realizó una serie de documentos sobre los principales pendientes y temas que la siguiente administración debe atender con políticas públicas. Entre ellas se encuentra un Sistema de Salud igualitario y sostenible.
El Sistema de Salud Mexicano es desigual y el acceso a los servicios de salud depende del trabajo formal o afiliación. Los afiliados a seguridad social cuentan con mayores recursos humanos físicos y paquetes de servicios de atención que las personas sin seguridad social. Durante dos décadas los gobiernos han buscado garantizar una Cobertura Universal en Salud (CUS), para ello, ha habido tres grandes reformas para la universalización: El Seguro Popular, el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y la más reciente, el OPD IMSS-Bienestar.
La desaparición del Seguro Popular y la llegada de la pandemia evidenciaron las deficiencias y debilidades del sistema. El Insabi y ahora el IMSS Bienestar nacieron con retos en términos de servicios, financiamiento y rectoría. Esto se ha reflejado en un aumento en la carencia al acceso a servicios de salud. En 2022, el 39.1% de la población mexicana se encontraba en esta situación, cifra que representa el doble en comparación con 2018, en el que la población que enfrentaba carencia a servicios de salud fue de 16.2%. Por ello, la construcción de un sistema de salud accesible y equitativo es una tarea crucial para la siguiente administración.
Para lograr este objetivo, es fundamental diagnosticar las deficiencias actuales, integrar de manera efectiva el sistema nacional de salud, el sector privado y todos los subsistemas. Además, es necesario abordar retos importantes, como el cambio demográfico, la transición epidemiológica y el impacto del cambio climático en la salud.
Actualmente, la atención de primer contacto la realizan consultorios de farmacias, incluso para los derechohabientes del IMSS e ISSSTE, esto se debe a que la atención en estos consultorios requiere menos tiempo de espera. La implementación de tecnología podría ayudar a reducir dichos tiempos y mejorar la accesibilidad de los servicios públicos.
Por su parte, el presupuesto para salud es insuficiente y desigual. Los recursos aprobados para el sector en 2024 son 991 mil mdp, 5.9% más que en 2023. Sólo un cuarto del presupuesto en salud se dirigiría a la población sin seguridad social. La desigualdad se refleja entre el monto disponible para cada persona: un derechohabiente con IMSS ordinario, tiene más del doble de recursos para su atención que una persona con IMSS Bienestar. Además, existe una falta de diagnóstico adecuado que se ve reflejado, por ejemplo, en la prescripción de medicamentos. Los pacientes reciben el medicamento disponible en almacenamiento y no el más adecuado.
Frente a este panorama, se establece una serie de propuestas: I) mejorar la accesibilidad y eficiencia en el primer nivel de atención, II) diagnóstico y rectoría, III) uso de tecnologías, IV) acceso a medicamentos y V) incrementar el presupuesto para salud.
Para lograr un sistema de salud más igualitario, sostenible y financiado en México, es crucial implementar estrategias innovadoras. Algunas propuestas clave son: llevar a cabo una reforma fiscal que permita generar recursos adicionales para el sector salud de manera sostenible; la implementación de fondos públicos duales que, por un lado, destinen recursos específicos para actividades preventivas y por otro, para atención médica y tratamientos; invertir en atención de primer nivel y en prevención y detección temprana de enfermedades.
También se puede apostar por una colaboración con el sector privado. Un ejemplo de esto es el Instituto de Seguridad Social del Estado de Guanajuato (ISSEG) que ha diversificado sus fuentes de financiamiento. El ISSEG opera sus propias farmacias, lo cual permite una distribución eficiente de medicamentos, así como ingresos adicionales para el estado.
Los retos que la próxima administración enfrentará para mejorar el Sistema de Salud son mayúsculos. Deberá recuperar la afiliación y adherencia al sistema, así como mejorar la calidad y eficiencia de los servicios. Para lograrlo deberá contar con un plan de financiamiento claro, algo que hasta ahora no se ha evidenciado en las propuestas de los candidatos.