MARÍA IDALIA GÓMEZ | @gosimai
Entre 20 y 30 de los normalistas desaparecidos están vivos, en algún punto de la Sierra Madre del Sur, custodiados por más de 100 hombres armados, reveló Bruno Plácido Valerio, coordinador de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) y uno de los que encabeza la búsqueda de los estudiantes desde hace un mes.
El líder y cofundador de la policía ciudadana, también cuenta con información de que otro grupo, integrado por más de una decena de estudiantes, estaría cautivo en otra ubicación en territorio guerrerense, sometido igualmente por hombres armados, pertenecientes al mismo grupo criminal al que no identificó.
Sabemos que están vivos y vamos por ellos Bruno Plácido Valerio Coordinador de la UPOEG
La policía comunitaria fue fundada hace 18 años por los propios habitantes de la Costa Chica, la zona de La Montaña y del centro de Guerrero. Al conocerse la desaparición de los 43 estudiantes en Iguala, unos 2 mil de sus integrantes se trasladaron a la zona, encabezados por Bruno Plácido Valerio, y se conformaron en distintas brigadas de búsqueda y localización de los normalistas.
Prácticamente desde su llegada a Iguala, los miembros de la UPOEG recibieron el apoyo de los pobladores de ese y otros municipios cercanos, quienes les han ido proporcionando información sobre lo que ocurrió ese 26 de septiembre, cuando policías municipales entregaron a un grupo criminal a los 43 normalistas, y también los días y semanas posteriores. Ante la confianza de los habitantes, también les han entregado datos sobre ubicación de fosas clandestinas, donde hasta ahora han sido localizados 38 cuerpos que no serían de los estudiantes.
Desde que nos enteramos, nuestro interés es preservar la vida de los jóvenes con el fin de terminar con esta crisis de derechos humanos
La información del líder de la policía ciudadana se basa en todos esos datos recabados por la UPOEG entre los pobladores de la sierra, en las últimas cuatro semanas, que les han permitido tener la certeza, desde “hace varios días” de que la mayoría de los normalistas están vivos, aseveró Plácido Valerio.
Bruno Plácido precisó a EJE CENTRAL que están haciendo todo lo que está su alcance y actuando con la mayor responsabilidad “para recuperarlos con vida”. “Desde que nos enteramos, nuestro interés es preservar la vida de los jóvenes con el fin de terminar con esta crisis de derechos humanos”, afirmó.
Una mina el primer resguardo
De acuerdo a los datos de la UPOEG revelados por Bruno Plácido Valerio, los estudiantes fueron divididos en al menos dos grupos, y el más numeroso fue sometido por unos 100 a 200 hombres armados, las cifras varían por el número estimado que han registrado los pobladores, que los mantuvo en la mina de oro de Carrizalillo, donde durante más de una semana los hicieron pasar como trabajadores de ese yacimiento.
Esta mina está concesionada a la firma canadiense GoldCorp, y se ubica en el municipio de Zumpango del Río (actualmente denominado oficialmente Eduardo Neri), en la región centro del estado, a unos 20 kilómetros de la capital de Guerrero.
Cuando se incrementó la presión sobre la desaparición de los normalistas, los delincuentes los sacaron de la zona de la mina y los trasladaron a la parte alta de la sierra, donde actualmente los mantienen, al parecer en espera de alguna negociación con el gobierno federal, de acuerdo con la información recibida por Plácido Valerio.
Bruno Plácido precisó que la información que han recolectado muestra que los estudiantes normalistas han sido trasladados por diversos puntos de la Sierra Madre del Sur, en la región centro del Estado, entre los municipios de Zumpango, Chichihualco y Tlacotepec, en la parte alta de la Sierra.
Desde hace 10 días, cuando EJE CENTRAL tuvo los primeros datos de que los normalistas estarían vivos y secuestrados por una organización criminal, se estuvo consultando a distintos funcionarios de primer nivel del gobierno federal, quienes han reconocido que existen indicios sólidos que un grupo numeroso de ellos están vivos, pero que no se podía tener certeza absoluta porque se trata de un grupo criminal quienes los tienen en su poder y que ha cambiado ya varias veces el punto de resguardo de los estudiantes.
El gobernador tiene indicios
El gobernador de Guerrero, Rogelio Ortega Martínez, reconoció contar con indicios de que los estudiantes están vivos en poder de un grupo criminal:
Hay indicios de que pueden estar vivos. Los propios estudiantes de Ayotzinapa me han dicho que siguen con vida
Entrevistado ayer en la noche en Televisa, el mandatario abundó que a los normalistas los dividieron en dos grupos que se trasladaron, uno hacia la sierra de Guerrero, y el otro a la frontera entre Guerrero y Morelos, según versiones recibidas de los propios estudiantes normalistas de Ayotzinapa, citados por el gobernador.
Solidarios con ellos, desde la Universidad, yo marché desde Ayotzinapa hasta Tixtla, en una marcha peregrinación para orar y para solicitar hacer un llamado humanitario a quienes tienen retenidos a los 43 normalistas para que nos los devuelvan con vida
Antes, el martes 28 de septiembre, después de sostener una reunión de varias horas con el gabinete de seguridad federal, el mismo gobernador se ofreció a ser mediador para regresar con vida a los normalistas.
Me oferté en aquella ocasión, y lo hago hoy nuevamente, como intermediario para que en el lugar que me citen esas personas, acudiré con toda la voluntad para que se haga la negociación que sea y la que ellos proponganLe he pedido al Gabinete de Seguridad que me respalde en esa iniciativa, y ojalá se produzca. Que si es exponer mi vida, eso es lo de menos
Guerrilla también opina
El Ejército Popular Revolucionario (EPR) declarado en sus comunicados que los que desaparecieron a los estudiantes son “cuerpos policiacos en coordinación con los castrenses y sus grupos paramilitares, como parte de la política de terrorismo de Estado”.
En tanto, el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI) convocó a su brigada de ajusticiamiento para enfrentar a las organizaciones del narcotráfico en Guerrero y al Cártel Guerreros Unidos, ligado con la desaparición de los 43 normalistas en Iguala: “Se convoca al interior de nuestras filas y al pueblo en general a la conformación de la Brigada Popular de Ajusticiamiento 26 de Septiembre, expresamente fundada para enfrentar en aspectos político-militares esta nueva afrenta del narcoestado mexicano y, particularmente, al cartel de sicarios del Estado, mal llamado ‘Guerreros Unidos’”.
[su_divider text="Go to Go”] Registro de acciones de la UPOEG en la búsqueda de los normalistas:
- El 7 de octubre más de mil integrantes de la Unión de Pueblos y Organizaciones de Guerrero (UPOEG) llegaron desarmados a iguala para sumarse a las labores de búsqueda de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa.
- El 14 de octubre cuatro fosas fueron localizadas por integrantes de la policía comunitaria, informaron que el hallazgo se realizó con información proporcionada por habitantes del municipio, personal de la policía ministerial y la Comisión Nacional de Derechos Humanos, se trasladó al lugar.
- El 15 de octubre, los integrantes de la UPOEG encontraron otras seis, pero ahora al poniente de Iguala, también encontraron cabello humano, huaraches, un hueso y un guante. Crisóforo Díaz, líder de la policía comunitaria dijo que eran cuatro fosas tapadas y dos para uso reciente, “es decir nuevas, apenas las iban a utilizar”.
- El 21 de octubre, se informó que llegarían a Iguala más de 2 mil elementos comunitarios provenientes de la Costa Chica de Guerrero para reforzar la seguridad y ampliar la búsqueda, acusaron que las fuerzas federales dejaron de buscar a los normalistas y solo brindan seguridad en la zona centro de Iguala.
- El 24 de octubre localizaron seis nuevas fosas en la zona conocida como Cerro Gordo, detectaron que había trozos de carne quemado y restos de cabello, mochilas y zapatos. Cerca del lugar encontraron 20 excavaciones pero no pudieron investigarlas.
- El 30 de octubre y en coordinación con las autoridades federales, la UPOEG reiniciaron los operativos de búsqueda de los normalistas, esta vez en las riberas y fosas del río San Juan.
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