En los últimos años, la temporada de Fútbol Americano que arrancó este jueves con un partido bastante aburrido, ha estado rodeada por mucha controversia. En años recientes o más bien, desde que apareció la figura de Donald Trump como candidato para presidente de los Estados Unidos, la NFL ha vivido una época de incertidumbre con varios jugadores manifestándose de forma pacífica durante el himno de Estados Unidos antes de cada partido. Estas acciones, además de generar controversia, han representado una caída en los ratings de los partidos. Todo comenzó en el 2016 cuando el entonces mariscal de campo de los 49’s de San Francisco Colin Kaepernick, apareciera en televisión nacional hincado durante el himno, en protesta contra la opresión y la brutalidad policiaca. Ya lo había hecho en un par de juegos de pretemporada, pero nadie puso mucha atención ya que Kaepernick no iba a jugar en esos partidos y por lo tanto no traía puesto el uniforme del equipo. Pero el 26 de agosto listo para jugar, una periodista tomó una fotografía donde se ve claramente al mariscal de campo sentado en una banca. Terminando el juego, Kaepernick habló con la prensa y comunicó las razones por las cuales no quería participar en la ceremonia del himno de Estados Unidos. A los dos días, la noticia le daba la vuelta al mundo y en poco tiempo jugadores y atletas de distintos deportes y disciplinas mostraban su apoyo al hincarse, sentarse o levantar el puño durante el himno. El movimiento se popularizó a tal grado que el 03 de Octubre del 2016, Colin Kaepernick era la portada de la revista Time. Dos años después, el movimiento sigue y la razón es la misma: atletas de Estados Unidos no están de acuerdo con el racismo, la opresión, la desigualdad, la brutalidad policial en ese país y la manera de manejar la política por parte Donald Trump y su equipo de trabajo. Hoy poco ha cambiado con la política, pero debido a la creciente presión ejercida por el gobierno en contra de la NFL, ninguno de los 32 equipos quiere en sus filas al mariscal de campo de 30 años que hoy, no tiene equipo. Quién si le dio un contrato fue la marca deportiva Nike y esta semana lanzó una campaña titulada “Dream Crazy” narrado por el mismo Kaepernick, que en algún momento aparece en pantalla diciendo “Cree en algo, aunque eso signifique sacrificarlo todo”. El anuncio desató una serie de protestas que se han intensificado en redes sociales, con mensajes en contra de la marca y con usuarios publicando fotos y videos quemando y tirando a la basura calzado y ropa de la marca. Hasta el presidente Trump comentó acerca de la campaña con un mensaje en Twitter más en contra de la NFL que de la propia marca, pero esto ha puesto nuevamente sobre la mesa el debate de la libertad de expresión en Estados Unidos. Después de dos años, algunas marcas como Starbucks y Target ya habían intentado una campaña aprovechado el movimiento, pero fue tanta la presión, que al final tuvieron un efecto más negativo que positivo y fueron canceladas antes de tiempo. Con cientos de miles de opiniones a favor y en contra, ¿Perderá Nike posicionamiento en el mercado? ¿Realmente afectará su reputación? El tiempo lo dirá. Pero por lo pronto, da mucho gusto ver a personalidades del cine, la televisión y a deportistas detrás de una causa y a marcas arriesgándose con ellos. Porque si los estadounidenses tienen algo en común, es el amor y el patriotismo por su país y esto además de abrir la conversación, presiona de una manera pacífica para que se traten temas tan delicados como el racismo, la opresión y la desigualdad.
Ojalá esto llame la atención en nuestro país porque aunque somos muy diferentes y las cosas se manejan de forma distinta aquí, nos hace mucha falta en este país tomar en serio este tipo temas y presionar para que se aborden de forma adecuada. En mi opinión ni Kaepernick ni Nike son héroes, pero por lo menos son honestos.