El otro rostro de la comunidad judía

26 de Abril de 2024

Rebeca Pal

El otro rostro de la comunidad judía

REBECA PAL

Famosa por su papel en las creencias religiosas que predominan en Occidente y por la persecución de la que fueron objeto durante el siglo pasado, la comunidad judía mantiene un presencia importante en el mundo, no sólo por lo que representa la diáspora en sí misma, sino por el poder económico que mantienen sus integrantes.

Tan sólo en la economía más grande del planeta, la de los Estados Unidos, se observa sin muchos trabajos la huella del poderío de esta comunidad, pues la mayor parte de las empresas enlistadas en la Bolsa de Valores de Nueva York son propiedad de judíos.

En lo que respecta a México, llevamos más de seis décadas de relaciones bilaterales con Israel, un lazo que comercialmente rebasa los 650 millones de dólares anuales y nos coloca como el segundo socio económico más importante para esa nación en América Latina.

Desde el punto de vista demográfico, existen casi 70 mil personas que practican el judaísmo en México, la gran mayoría radicada en la capital del país y en las zonas conurbadas del Estado de México, aunque también con presencia en ciudades como Guadalajara, Monterrey, Tijuana y Cancún.

Los primeros inmigrantes judíos arribaron a principios del Siglo XX, pero no fue hasta finales de los años treinta que surgió una sociedad organizada en nuestro país enfocada a dar respuesta a las necesidades de los refugiados de esta comunidad provenientes de diversas regiones del mundo.

Nos referimos al Comité Central de la Comunidad Judía de México (CCCJM), institución que, como representante de este sector, tiene la misión de promover la unidad y continuidad del pueblo judío en tierras mexicanas y que, en la actualidad, cuenta con participación en diversos consejos consultivos del sector público, desde el punto de vista económico y social.

Sin embargo, la relación del gobierno mexicano con la comunidad judía no se limita a la interacción con sus integrantes dentro de nuestras fronteras, sino también con aquellos que residen en Los Estados Unidos y que cuentan también con lazos hacia nuestro país.

Estados Unidos es hoy día el país que, después de Israel, alberga la comunidad judía más grande, con cerca de 5.7 millones de personas; es decir, lo equivalente al 39 por ciento de los judíos que hay en el mundo.

Por ello, a través de la Secretaria de Relaciones Exteriores, se ha impulsado el establecimiento de alianzas con los organismos de esta comunidad de mayor peso en aquella nación, tales el Comité Judío Americano (AJC).

Recientemente, por ejemplo, la Canciller Claudia Ruiz Massieu participó como oradora principal en el Foro Global del mencionado comité, donde emitió un discurso que se llevó las palmas de los más de dos mil 500 líderes judíos asistentes al evento.

En su ponencia resaltó las coincidencias que existen en cuanto a la discriminación que han experimentado los judíos a través de la historia y las que enfrentan hoy día los migrantes mexicanos, discurso que ya se cataloga como histórico no solo por las fibras que tocó en los ahí presentes, sino porque fue la primera vez que a la par de un líder de la diplomacia se invita a los 50 cónsules que México tiene en esas tierras.

Sin duda, el principal reto en este tema no sólo es construir coaliciones con grupos como la comunidad judía, sino eliminar aquellas corrientes que trazan líneas invisibles entre los grupos étnicos y religiosos, que han llegado a dibujar muros que no permiten avanzar en temas de interés común.