“El único problema filosófico verdaderamente serio es el suicidio. Juzgar si la vida es o no digna de vivir es la respuesta fundamental a la suma de preguntas filosóficas”
Albert Camus
La palabra suicidio proviene del latín suicidium formado por sui (si mismo) cidium (matar); las raíces del suicidio como fenómeno son remotas, sin embargo, la actitud de los hombres ante el suicidio han cambiado históricamente; los hebreos mantuvieron una actitud de abierta condena, a diferencia de los griegos y romanos que expresaron cierta tolerancia; Seneca, planteaba que el hombre sabio vive lo mejor que puede, no lo más que puede y siempre pensará sobre la vida en términos de calidad, no de cantidad; por otro lado, para las culturas Maya y Azteca el suicidio era visto como un acto de ofrenda a los Dioses y los japoneses, durante la época del shogunato, lo tomaban como un acto ritual honroso y necesario. El tema se ha abordado desde diferentes perspectivas a lo largo de los años, sin embargo, actualmente en nuestro país el suicidio se ha convertido en un serio problema para la sociedad, hasta hace dos años la Dirección General de Análisis Legislativo del Instituto Belisario Domínguez (IBD) advirtió en una investigación que del año 2000 al 2016, la incidencia del suicidio en México aumentó un 84.8%, teniendo un total de 68 mil 309 suicidios en hombres, comparados con 15 mil 225 suicidios en mujeres. https://bit.ly/2jm2j0v Hay dos aspectos primordiales que podrían colocar al suicidio como un problema de salud pública en nuestro país: el aumento de las conductas suicidas y el crecimiento sistemático de suicidios consumados, que en la población mexicana es de 300% en comparación con los datos de hace tres décadas. Según la Asociación Mexicana de Suicidología se estima que por cada una de las 800 000 personas que mueren al año en el mundo por suicidio 25 más lo intenta y dentro de las principales causas que lo provocan, se indican diversos factores biológicos, psicológicos, sociales, ambientales y culturales, donde en datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) más del 90% de los casos de suicidio se asocian con trastornos psiquiátricos. https://bit.ly/2re7CDt Incluso en nuestros días podríamos cuestionarnos si el aumento de suicidios en los jóvenes podría tener una relación con el uso excesivo de tecnología y de redes sociales, las cuales tienen un impacto indirecto en el bienestar emocional, ya que en ellas hay una tendencia a proyectar vidas perfectas; como fue el caso de Celia Fuentes, influencer quien contaba con cerca de 260 000 seguidores quien en septiembre del año pasado se quitó la vida, aparentemente, ante la presión que sentía por mantener un estándar de vida en el que debía mostrar a sus fans constante felicidad. Por otro lado, en el cine y los medios de comunicación durante los últimos 20 años el suicidio ha sido un tema recurrente; como fue el caso de las películas de Vírgenes Suicidas en 1999, Vanilla Sky en 2001, Las Horas en 2002, Siete almas en 2008, Verónika decides to die en 2009 y el caso más reciente de 13 Reasons Why en 2017 donde la plataforma Netflix añadió una advertencia adicional a la serie por la preocupación de que los espectadores pudieran imitar su representación del suicidio; y no estaban del todo equivocados ya que tras su lanzamiento el volúmen de consultas en los buscadores sobre el suicidio incrementó en 19% durante los primeros 20 días de la transmisión, pero ¿Es suficiente verlo en pantalla para querer imitarlo? ¿Podemos responsabilizar a los medios por el incremento de suicidios? No; detrás de una persona que ve reflejada su vida en la televisión o el cine hay dudas, miedos e intentos previos, como la autoquiria o incluso en ciertos actos de temeridad e imprudencia, que ejemplifican conductas autodestructivas y deben encender un foco de alarma para buscar ayuda. Hoy en día la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera el suicidio como un problema grave de salud pública, cada año, a nivel mundial, poco menos de un millón de personas se quita la vida y durante el año 2015 se colocó a este fenómeno como la segunda causa de defunción en el grupo de edades de los 15 a los 29 años. https://bit.ly/2jf6e1O Vivimos en una sociedad rapaz y llena de celeridad y en muchas de las ocasiones el camino sencillo resulta parecer la mejor opción; sin duda, la vida es complicada y quizá ahí radique su belleza, en las complejidades más mínimas, en los sin sabores, en las dudas que buscan respuesta todos los días, en la frustración que anhela enseñarnos a ser pacientes, en cada minuto que pasamos a lado de aquellos a los que amamos, en todo lo bueno y lo malo: porque vivir es un regalo.
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